Sindicales

15/5/1997|539

Fiat Córdoba: La única alternativa es la lucha a fondo

El paro convocado, para el jueves 8, por el cuerpo de delegados y la directiva de la UOM Ferreyra, fue finalmente levantado el miércoles por la noche. Esta decisión fue adoptada por un sector de la directiva y luego refrendada por una asamblea del turno tarde; aquí se tomó el cuidado de convocar a una asamblea de todos los turnos para el sábado 10 fuera de la planta.


El levantamiento del paro fue prácticamente impuesto por Lorenzo Miguel, cuando quitó su apoyo a una medida de fuerza, al plantear que los trabajadores debían esperar 15 días para que un confederal de la CGT reconozca antes la jurisdicción de la UOM sobre Fiat y, a partir de allí, conseguir el reconocimiento de la personería gremial por el Ministerio de Trabajo.


Simultáneamente con esto, hubo un amplio operativo patronal y policial para garantizar el funcionamiento de la planta en caso de paro. La empresa citó a los trabajadores en la Plaza San Martín, donde fueron subidos a colectivos alquilados, los que trasladaron a los trabajadores dentro de la planta custodiados por carros de asalto. A pesar del levantamiento del paro, la patronal mantuvo el dispositivo, temerosa de que los trabajadores decidieran mantener la medida de fuerza. El levantamiento del paro ha provocado una división en el activismo y en la base de fábrica. En los trabajadores existe una conciencia cada vez más generalizada de que es imposible arrancarle nada a la Fiat si no es con una lucha decidida y frontal; por este motivo, es duramente cuestionado el papel de la UOM, que no ha movido un dedo por los despidos, que saboteó junto al Smata el paro de 24 horas del jueves 17 y que pretende tener como rehenes a los trabajadores con el compromiso de un plan de lucha nacional (planteado por Piccinini) que ni siquiera ha sido esbozado todavía.


La estrategia de la comisión directiva pasa por afianzar la incorporación a la UOM, para luego obtener el reconocimiento oficial. Esta política ya está en una encerrona, porque la patronal sigue promoviendo despidos selectivos de activistas sin encontrar la resistencia sindical que corresponde.


Es esta situación el Partido Obrero repartió una carta abierta que plantea:


“En nuestra opinión está planteada una política que puede resumirse de este modo:


1. Emplazar a la patronal en función de la reincorporación de todos los despedidos, el aumento del salario, la efectivización de los contratados y el reconocimiento de la organización sindical en los términos resueltos por los trabajadores.


2. Resolver un plan de lucha hasta arrancar estos objetivos, lo que supone la ocupación y la huelga indefinida, abordando cada uno de los problemas que nos plantea esta decisión: la organización de los piquetes, la incorporación a la lucha de los trabajadores nuevos, la construcción de la interfabril”.


Un paso adelante


El sábado 10 se realizó la asamblea en un centro vecinal de la zona. Se caracterizó por un intenso debate del que participaron la totalidad de los presentes (unos 100 trabajadores). Se pusieron de manifiesto todos los problemas que hoy atraviesa la lucha y se votaron una serie de importantes tareas.


En las distintas intervenciones, los compañeros manifestaron una clara conciencia de la situación y de los objetivos patronales, en el sentido de provocar un despido en masa de los ex obreros de Cormec y aplicar a fondo el convenio Fiat-Smata. La asamblea se manifestó por preparar una lucha; se resolvió: impulsar y revitalizar el fondo de huelga, adoptando peajes, colectas públicas, etc.; la salida de un boletín de huelga; publicar las resoluciones de la asamblea para el conjunto de la fábrica, sacar declaraciones para los trabajadores ‘nuevos’, para la opinión pública (“No compre Fiat”) y para el resto de las fábricas metalmecánicas (en este punto se resolvió trabajar por una asamblea conjunta con Ciadea); realizar movilizaciones en el centro de la ciudad (al “estilo de las Madres”); mejorar la instalación de la carpa de los despedidos frente a fábrica; convocar a una reunión del cuerpo de delegados abierta para el próximo sábado; cada participante se comprometió en invitar a uno o dos compañeros de su línea; la realización de un paro de 48 horas (al cual no se le puso fecha) y otras tareas.


El otro punto clave del debate fue la relación con la UOM. Muchos compañeros interpretaron el levantamiento del paro del jueves 8 como una subordinación a las exigencias de la UOM nacional. Frente al tema de la UOM hubo dos posturas: un sector de compañeros de la directiva insistió en el planteo de exigir a la UOM un plan de lucha nacional; la mayoría de las intervenciones insistían en “no esperar nada de la UOM e impulsar la lucha de los trabajadores de Fiat”, en “no aceptar que la UOM nos baje línea, si es necesario volver al Sitramf”; sobre estas caracterizaciones se propusieron las tareas finalmente votadas.


De la asamblea participó una delegación de trabajadores de Atlántida, cuya presencia e intervención fueron muy aplaudidas. La lucha de Atlántida venía siendo seguida por gran parte del activismo de Fiat luego de la participación en el acto del 3/4 y de la presencia de algunos de ellos en la carpa de Garín y en la Plaza de Mayo, y muchas de las resoluciones surgen del contacto con la experiencia de los gráficos. Los compañeros de Atlántida habían participado en una asamblea en puerta de fábrica y junto a Fiat realizaron una colecta y un acto en la puerta de Ciadea.


La Asamblea no terminó de resolver la encrucijada en que se encuentra el conflicto (la escasa asistencia es una indicación de ello), porque no resolvió concretamente las medidas de fuerza a adoptar, las que quedaron en fijarse en posteriores asambleas en puerta de fábrica. Sin embargo, las tareas votadas pueden dar un impulso a la lucha y recobrar la iniciativa perdida.