Fiat Córdoba: toman a los trabajadores de rehenes

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Fiat decidió agregar más suspensiones a las periódicas que ya realizaba. La empresa informó a los trabajadores que en cada sección se suspenderá a una parte del plantel por un período determinado -trascendió que sería por 15 días-, y con posterioridad se irán rotando las suspensiones entre los 3.000 dependientes de la compañía.

Fiat provocará un “parate productivo”, esta vez no como resultado de la caída de las ventas sino por la imposibilidad de hacerse de dólares para pagar la importación de autopartes ya que desde Brasil se habría cortado el suministro de autopartes a la planta argentina debido a una deuda acumulada de 600 millones de dólares. ¿Quién cortó el suministro? La filial brasileña de la propia Fiat.

La crisis aparece como resultado del cepo cambiario impuesto por el gobierno, cuya función es retener dólares para pagar la deuda usuraria. El reclamo de dólares de Fiat es acompañado por Volkswagen, el resto de las terminales, las cámaras de importadores nacional y la de los metalúrgicos de Córdoba (autopartistas). Ratazzi, a su vez, es un lobbista a favor de una megadevaluación.

El lock-out parcial que impondría Fiat en su planta de Ferreyra está acompañado por la renuncia a vender autos con la línea de créditos establecida por el Banco de Córdoba, la “gran” iniciativa de De la Sota para frenar la caída de las ventas. Ratazzi respondió que no necesita pesos sino dólares. Es decir, que se lleva puesta la única iniciativa del gobierno provincial. Los estímulos bancarios y el plan nacional Procrear autos fracasan porque las terminales no desisten de aprovechar el negociado que es el financiamiento a través de sus propias financieras, aprovechan el bajo costo del dinero a nivel internacional para aplicar aquí tasas de interés, comisiones y gastos de usura.

La demanda de Fiat ha desnudado otro aspecto del negocio: el comercio entre las filiales de la misma empresa, cuyos valores, costos y precios se desconocen y que permite maniobras con la moneda a través de la sub y sobrevaluación de importaciones y exportaciones.

Toda esta situación fue denunciada por Cintia Frencia, nuestra legisladora, en la sesión especial que logramos que la Legislatura convocara para discutir despidos y suspensiones en la industria metalmecánica el pasado 7 de mayo. En un proyecto establecimos cuál era la salida y nos respondieron con los créditos blandos que hoy Ratazzi les tira por la cabeza.

Entre los empresarios y los gobiernos han tomado a los trabajadores como rehenes de una lucha para obtener los mayores beneficios de la crisis.
El Smata no se ha pronunciado aún, y viene acompañando las medidas de suspensiones, cuando lo que corresponde es el reparto de las horas de trabajo, o de la producción (como plantearon los trabajadores de VW).
Bajo siete llaves mantienen los negociados de las empresas, por eso exigimos que se abran los libros, queremos ver además el comercio interfiliales y también la apertura de los libros de las financieras, e incluso de los grandes proveedores como Techint o Siderar. No se pueden tomar a libro cerrado las cuentas patronales porque eso coloca a los trabajadores tras la política capitalista.

Eduardo Salas