Sindicales

18/12/1997|569

Fiat se sacó la careta

El anuncio de la suspensión del 90 por ciento de los trabajadores de Fiat Auto, en Córdoba, ha servido para desenmascarar las mentirosas pretensiones del pulpo italiano de que su instalación en el país iba a significar un incremento de las posibilidades de trabajo. En las semanas previas, también despidió a 300 contratados. Fiat ha recibido subsidios extraordinarios del gobierno de la provincia y aún mayores del nacional, que incluso abona la mitad de los salarios de los ‘aprendices’.


¡La burocracia del Smata felicitó a la patronal! Dijo que las suspensiones “eran razonables, teniendo en cuenta la situación por la que atraviesa la empresa” (Crónica, 16/12). ¿Pero cómo sabe la burocracia cuál es esa situación si desconoce los libros y las cuentas del pulpo y por lo tanto la magnitud de sus enormes beneficios? Incluso, si por razones de mercado, Fiat tuviera que disminuir la producción, el costo debería bancarlo con las reservas de sus ganancias acumuladas, no a costa de los obreros. La burocracia no sabe tampoco si los precios de los vehículos son ‘razonables’, ni la tasa de beneficio que impone el pulpo Fiat, ni las enormes ganancias de sus ventas a plazos, ni las aún mayores de la colocación de sus excedentes económicos en la especulación financiera.


Fiat le paga a la burocracia del Smata 20.000 dólares mensuales por haber firmado el convenio flexibilizador hace dos años. Esto es lo que explica la‘razonable’ posición de los Rodríguez y de los Campellone.


El gerente de Fiat, Luciano Rastrelli, no avaló la posición del Smata de que se evitarían los despidos, ya que “no quiso aventurar sobre qué ocurriría el 18 de enero”, cuando venza el plazo de las suspensiones.


Entre las medidas de Fiat, el cierre temporal de Renault y las suspensiones en Transax, se ha creado una parálisis que amenaza a la masa de los obreros de las autopartistas y de las concesionarias. Es necesario, entonces, convocar a una gran asamblea de obreros automotrices y metalúrgicos y formar interfabriles, para confrontar a las suspensiones y despidos el reclamo del reparto de las horas de trabajo que disponen las empresas entre todos los trabajadores, sin afectación del salario.


Esta crisis enorme encuentra al movimiento sindical oficial completamente paralizado, incluyendo a la CTA y a la ‘izquierda’ de la CTA. Por eso es urgente llevar a la práctica el planteo del Partido Obrero de formar una mesa político-reivindicativa de partidos, agrupaciones sindicales, comisiones internas, organizaciones de desocupados, organismos de derechos humanos, para impulsar la agitación por las reivindicaciones obreras y la exigencia a los sindicatos que llamen a asambleas generales para votar un plan de lucha. Las suspensiones y despidos en la industria van a afectar a la masa de la población trabajadora de Córdoba.