Sindicales

24/8/2000|678

Finalmente los docentes le torcieron el brazo al rectorado

En el número anterior de Prensa Obrera anunciábamos que los docentes de los colegios Nacional de Buenos Aires y Carlos Pellegrini habían suspendido el paro por tiempo indeterminado que cumplieron durante casi dos semanas, a cambio de “retomar” el diálogo con el Rectorado de la UBA. Para llegar a esto, el Rectorado envió 1.200 telegramas con amenazas de despido (firmados por los rectores de los respectivos colegios), les cerró las puertas de ambos colegios y contó con toda la colaboración del sindicato ‘amarillo’ de la UBA, que no reconocía ni apoyaba el paro.


La asamblea que ‘anticipó’ el triunfo


Pero el jueves 17, los docentes de ambos colegios realizaron una asamblea conjunta en el Nacional Buenos Aires, donde también participó el Centro de Estudiantes del colegio. La asamblea fue un éxito, y no sólo numéricamente. A pesar de las intimidaciones, amenazas y llamadas anónimas, los docentes se abocaron a discutir cómo retomar el plan de lucha debido a la falta de respuestas del Rectorado. “El que no arriesga no gana”, dijo una de las docentes, y fue la intervención más aplaudida, retratando el clima de la asamblea. Como para tranquilizar los ánimos se hizo presente el rector del Carlos Pellegrini, quien intervino planteando que el conflicto ya estaba “casi” solucionado y que había que ser “optimista”. Le salió el tiro por la culata: tuvo que irse porque los docentes desmintieron que hubiera alguna propuesta, repudiaron los telegramas de despido enviados por él, y lo acusaron de ir de “informante” del Rectorado. Finalmente se decidió que de no haber una propuesta del Rectorado, se comenzaría nuevamente con las medidas de lucha.


Los compañeros de la UJS del Buenos Aires participamos de la asamblea y planteamos la necesidad de unificar las medidas entre docentes y estudiantes, por lo que se decidió convocar a una asamblea conjunta ese mismo día a las 18 hs. Ya estaba todo preparado para retomar el plan de lucha con una movilización al día siguiente al Rectorado e incluso se habló de la posibilidad de tomar el colegio.


El Rectorado dio un paso atrás


Finalmente la asamblea de las 18 hs sólo sirvió para festejar. El Rectorado, viendo el nuevo impulso que tomaba la lucha, retrocedió, y ofreció el pago inmediato de 150 pesos del incentivo ‘99, la apertura de paritarias para el pago del monto restante y el pago de los días de paro.


Los docentes dieron un gran ejemplo de lucha, demostrando que accionando de conjunto se le puede torcer el brazo al gobierno. Demostraron que en los colegios quien manda no es la “autoridad”, si no los docentes y estudiantes organizados. Este triunfo es un triunfo también de los profesionales del Conicet que luchan contra el desmantelamiento del instituto. Es una victoria del conjunto del movimiento docente, no docente y estudiantil que lucha contra el proceso de destrucción y vaciamiento de la educación pública.


En el balance que dimos los estudiantes en la asamblea final, plantemos la necesidad de ir por más. El triunfo nos mostró cuáles son los métodos para ganar: la unidad en la lucha, la superación de las burocracias sindicales y sus cómplices estudiantiles *es decir la Franja Morada y compañía*, el no tener ninguna confianza en el gobierno ni en el Rectorado y ni siquiera en las autoridades de los colegios sino en nosotros mismos. Es ésta la dirección y es éste accionar con los que tenemos que seguir para conquistar nuestras reivindicaciones.