Cuando se produjo la brutal represión policial contra la vigilia de los activistas de la CGT Moyano frente al Congreso, ocurrió un hecho de enorme significación: la Ford abandonó en masa la fábrica para dirigirse al escenario de los hechos. Lo hizo marchando sobre la Panamericana, para recién subir en el peaje a los micros que conducirían a los trabajadores hasta el centro. La columna fue acompañada también por trabajadores de VW. A tres años de la ocupación de Atlántida, la Panamericana volvía a ser interrumpida por una manifestación obrera.

Una semana después, la Ford volvía a abandonar las tareas para concurrir, en número menor, a la movilización del 26, el día de la aprobación de la Reforma Laboral por el Senado. En la oportunidad también participaron unos 100 compañeros de VW y compañeros de concesionarias que los micros fueron recogiendo en el camino.

Por fin, el 5 de mayo, siguiendo la tendencia masiva entre todos los trabajadores del país, la Ford paró en masa con un índice de ausentismo que todos los compañeros estiman total.

No es un hecho menor que la clase obrera industrial argentina haya irrumpido de esta manera en la situación política. El problema ahora es superar la política de la burocracia del Smata, que solamente está tratando de acomodarse frente a la catástrofe que se descarga sobre los mecánicos con la crisis y el derrumbe del Mercosur. La dirección de Rodríguez no tiene otra política que la de los propios pulpos automotrices que operan en la región.

Hoy se plantea una acción perentoria en Ford. Más de 300 compañeros de los cerca de 1.500 suspendidos-despedidos han aguantado sin agarrar la indemnización y reclaman su reincorporación. El resto se acogió uno a uno al retiro voluntario por unos pesos de incremento indemnizatorio, ganados por el desgaste y la desmoralización de la política sin salida de la burocracia del Smata.

Apoyados en la movilización de sus compañeros, los suspendidos restantes han logrado que la burocracia gestione una prórroga de tres meses en su situación. No es una salida, pero es el terreno para imponer una lucha conjunta de trabajadores en actividad y compañeros suspendidos por la reincorporación definitiva. Llamamos a todo el activismo de la Ford a impulsar una asamblea general de fábrica con este propósito, y al mismo tiempo fijar una postura de defensa de las condiciones de trabajo frente a la inminente ofensiva patronal basada en la pretensión de aplicar la Reforma Laboral del PJ y de la Alianza.