Sindicales

22/8/2013|1282

Frente a las nuevas suspensiones en la industria automotriz

La empresa Volkswagen, que en Córdoba fábrica autopartes (cajas de cambio), decidió suspender a 275 trabajadores de su planta local durante 36 días, alternados de acá a fin de año.


La decisión ha disparado varias interpretaciones.


Los activistas agrupados en la Lista 2, oposición a la burocracia del Smata, consideran que se trata de una apretada contra la lucha que llevan adelante por la reincorporación de los 19 trabajadores despedidos en enero. Motivos no faltan para esta acusación: en la planta que se paraliza, la Lista 2 mantiene a sus siete delegados, quienes son constantemente perseguidos por la patronal (hay que recordar que la oposición perdió la mayoría de la comisión interna en un fraude organizado por la burocracia del Smata, la patronal y el gobierno de De la Sota). La lucha por los despidos adquirió una gran repercusión -en parte, por la acción del Frente de Izquierda.


Pero los analistas económicos y la propia empresa argumentan una caída de las ventas en los mercados internacionales, fundamentalmente Europa y México. Esta interpretación también tiene un fuerte asidero. La crisis capitalista ha afectado a la industria automotriz mundialmente. Fiat Córdoba suspendió a su personal los días viernes por la caída del mercado brasileño, al cual destina el 90% de su producción. La devaluación brasileña ha terminado de complicar el panorama. Además, en todas las empresas (Fiat, Renault y la propia VW) se han acrecentado los despidos hormiga, por la vía de la no renovación de contratos.


La empresa VW quiso quitar dramatismo a la medida, ya que consideran que como pagarán el 100% de los sueldos, no sería técnicamente una suspensión. Sin embargo, los trabajadores recibirán ese sueldo como una cifra no remunerativa y estarán fuera de la planta. La patronal anunció para 2014 una inversión de 17 millones de euros para fabricar una nueva caja de transmisión. Todas las empresas condicionan sus inversiones a la "mejora en la competitividad" -o sea: devaluación, ajustes en los ritmos de producción, mayor precarización laboral y estímulos fiscales. Ese es el programa de las patronales que sus candidatos ocultan.


Rechazamos las suspensiones y los despidos, y exigimos el reparto de las horas de trabajo sin afectar el salario. Planteamos la conformación de una comisión de control obrero elegida por asamblea que investigue los planes patronales, que abra los libros y determine el curso a seguir. Exigimos la inmediata reincorporación de los 19 despedidos, varios de los cuales tienen dictamen judicial de reinstalación que la empresa no cumple.