El 13 de abril hubo elecciones en la Uocra Zárate, después de dos años de una intervención despótica y desastrosa para los obreros del gremio. La Lista Blanca, armada por el interventor enviado por Gerardo Martínez, obtuvo 1.542 votos contra 839 de la opositora Lista Naranja, sobre un padrón de 6.400 afiliados. Votó el 30% del padrón.

Hubo una cantidad de irregularidades en el padrón: sólo en la mesa donde votaban los obreros de Techint, quienes protagonizaron la asamblea que repudió al interventor y a la patota, 700 compañeros no pudieron votar, lo que se repitió con compañeros de otras empresas en otras urnas. Muchos ni fueron a votar, hastiados del clima de terror que la patota impone. Sólo pocos días antes del 13, el disparo de una 38 perforó la espalda del ex directivo “Berenjena” De León, que respaldaba a la Naranja. Fue la última de una sucesión de matoneadas que incluyó el apuñalamiento y apaleamiento dentro de la obra del “Colo” Fernández, de Techint, y la golpiza a un delegado de Vialco, tiroteando a obreros en huelga de Electroingeniería, haciendo despedir compañeros, patoteando dentro del obrador.

La Naranja es una lista cuyo lema “Gerardo Conducción” es inequívoco: se anotó como una “interna” entre fracciones de la burocracia central. Pero por la persecución que sufrió y por ser opositora a la patota, el activismo de las huelgas de Electroingeniería, que cortó la Panamericana en tiempos de Kraft, y los obreros de Techint, que también pararon por aumento salarial, participaron de esta lista.

Los valiosos activistas que apoyaron la Naranja deben sacar sus conclusiones: hay que elegir democráticamente delegados en todas las obras, dentro y fuera de Atucha, y batallar por la elección de paritarios y el pliego de reclamos aprobado por asamblea general.

La “nueva” directiva nació mal parida: se las tendrá que ver con el creciente descontento obrero y la crisis en los escasos dos años que tiene de mandato (sólo completa el período).