Sindicales

16/12/2020

Movilicemos el 18

Gobierno y burocracia sindical: un precario equilibrio para garantizar la contención

Que los sindicatos rompan con el gobierno. Por un paro y plan de lucha.

Comisión interna de Morvillo

Alberto Fernández estuvo presente en el acto del día del camionero e intercambió elogios con Hugo Moyano. Más tarde se reunió con Pablo, hijo del líder camionero, que según trascendió se limitó a pedir la eximición del impuesto a las ganancias del medio aguinaldo próximo.

Por su parte, el flamante ministro de Desarrollo Territorial y Hábitat, Jorge Ferraresi, se reunió con la cúpula de la CGT para prometer un programa habitacional. Y Ginés González García se reunió, en forma reservada, con Lingieri, pope de Obras sanitarias y alineado con los independientes, para evaluar la crítica situación de las obras sociales.

Está muy claro que la relación con la burocracia sindical de la CGT ocupa un rol de primer orden en el esquema del gobierno. La contención del movimiento obrero es una pieza fundamental para implementar el ajuste discutido con el FMI. La elección de nuevas autoridades al frente de la central obrera agudiza la disputa de camarillas.

Día del camionero

Los elogios del presidente fueron correspondidos por Moyano: “El pueblo trabajador sabe que el gobierno está haciendo el esfuerzo necesario”. Pero solo se entiende como “esfuerzo necesario” del gobierno si se lo piensa en función del pago de la deuda y el ajuste reclamado por la burguesía y el FMI. Casi 4 millones de trabajadores perdieron sus empleos desde que comenzó la pandemia. Habría que destacar los casi 300mil despidos a pesar del DNU que los prohíbe.

Moyano sostuvo que “el pueblo trabajador comprende lo que está pasando y sabe que el gobierno está haciendo un esfuerzo tremendo para superar la pandemia del macrismo y la del coronavirus”.

Lo que no dijo es que bajo los cuatro años de gobierno macrista las centrales obreras dejaron pasar la ofensiva patronal sin mover un dedo. Él mismo encabezó el movimiento “hay 2019” para frenar toda lucha y aplicar desde la oposición la contención reclamada por la burguesía y capital financiero. Tampoco dijo que la hoy coalición gobernante le garantizó a Macri todas las leyes y presupuestos de ajuste. Ocultó su campaña a favor de Macri en las presidenciales del 2015 cuando la alianza con el expresidente en CABA redituaba jugosos beneficios para su gremio y las empresas recolectoras.

La presencia del gobernador Kicillof, que viene de reprimir a los trabajadores sin techo y de meter mano en los recursos del Ioma vía presupuesto, completó el escenario.

Moyano cerró una paritaria a la baja del 30% y un bono de 25.000 pesos en cuatro cuotas para los trabajadores ”siempre y cuando hayan trabajado durante la pandemia”. Un aumento que deja a la escala salarial camionera bajo la línea de pobreza,

A Hugo Moyano lo mueven sus propios intereses: pretende colocar a su hijo, Pablo, al frente de la central obrera.

Ferraresi promete obras

El gobierno se reunió con el consejo directivo de la CGT para enunciar la idea de un plan de viviendas. Según trascendió, se pretendería utilizar predios de los sindicatos para construir torres habitacionales para sus afiliados. Habrá que ver la letra chica de la promesa si se materializa. Hoy la obra pública está paralizada.

El gobierno tiene otras prioridades: viene de tomar nueva deuda a una tasa usuraria para permitir la salida de los fondos de inversión que quedaron “atrapados” en el cepo. Son las prioridades del capital financiero.

Por eso el recorte de las IFE y la nueva movilidad jubilatoria que van a devaluar aún mas los actuales montos de indigencia. Por eso las paritarias a la baja.

El déficit habitacional es de 3,5 millones de viviendas. La promesa de Ferraresi a los sindicatos apunta a reforzar la cooptación, no a resolver el problema de fondo. Para eso se debería dejar de pagar la deuda y utilizar esos recursos para un plan nacional habitacional, generando a su vez miles de puestos de trabajo.

Obras sociales “quebradas”: la burocracia sindical es responsable

La integración de la burocracia sindical al Estado es la principal responsable de la situación de quebranto de las obras sociales. La crisis capitalista y la pandemia agudizaron este cuadro.

El reparto discrecional de los fondos de los trabajadores, un recurso compartido por todos los gobiernos, es un elemento de disciplinamiento y cooptación de las direcciones sindicales. Y a su vez, de crisis permanente.

Omar Maturano, de la Fraternidad, acaba de anunciar un paro para el martes 22 por el manejo de esos fondos. El mensaje va dirigido al gobierno y a los gordos e independientes, quienes encabezan esas negociaciones.

La CGT, por un lado, reclama al Estado que se haga cargo de los medicamentos más costosos y los tratamientos por discapacidad. Y por otro, lanza una ofensiva de precarización en la atención médica de los afiliados: reducción de las prestaciones obligatorias, creación de una “agencia nacional” para limitar la aplicación de tratamientos y drogas y contener los reclamos legales de los afiliados, aumento de la cápita de los monotributistas y la afiliación obligatoria de todo el grupo familiar. El planteo, tomado de conjunto, es totalmente antiobrero.

El ahogo de las obras sociales es una política de Estado: la alta tasa de informalidad, el desempleo, los salarios de pobreza, la evasión de las patronales, las rebajas de aportes patronales desde los ’90 hasta la fecha son responsabilidad de todos los gobiernos capitalistas.

El acuerdo CGT-UIA de suspensiones con recortes salariales profundizó los problemas financieros. Así como las paritarias a la baja.

Al contrario del paquete antiobrero que presenta la CGT, los trabajadores necesitamos un aumento de salarios que coloque los mínimos de las escalas de convenio por encima de la canasta familiar, calculada en junio en $76.500. De esa manera, los fondos de las obras sociales aumentarían en proporción al salario. Las obras sociales y sus recursos deberían estar bajo control de los trabajadores.

Por la independencia política de los trabajadores

Un gran plenario obrero clasista convocado por el Sutna resolvió movilizar este viernes 18 en defensa de los intereses de los trabajadores, contra el ajuste.

La Jornada Nacional colocará una agenda obrera: en defensa del 82% móvil, por un bono de emergencia, reapertura de paritarias, fin del impuesto al salario, ocupación de toda fábrica que cierre o despida, seguro al parado de $30.000, por trabajo, tierra y vivienda, aborto legal. No al pago de la deuda, no al acuerdo con el FMI.

Para luchar consecuentemente por estas y todas las reivindicaciones obreras los sindicatos deben romper con el gobierno fondomonetarista.

Las movilizaciones de los estatales, metalúrgicos, de los trabajadores de la salud, aeronáuticos, ceramistas, docentes neuquinos, ambientalistas, entre otros, son expresiones de la voluntad de lucha entre las clases trabajadoras.

Impulsemos el debate en los lugares de trabajo, asambleas, plenarios y autoconvocatorias para discutir y reclamar un paro general y plan de lucha por nuestras reivindicaciones.