Sindicales

6/10/2016|1431

Gráficos: los despidos y el PTS


A contrapelo de las iniciativas de la Naranja, el PTS ha optado llevar al extremo su política de seguidismo al kirchnerismo. Lejos de sostener que los despidos son producto de una tregua entre el sindicato y el gobierno para hacer pasar el ajuste, en una nota reciente que no tiene desperdicio afirman que los despidos antisindicales son “un ataque al sindicato en su conjunto”, es decir, al activismo combativo y a la burocracia sindical por igual. Para que no queden dudas al respecto, acto seguido el autor agrega: “La Federación Gráfica Bonaerense también lo entiende así, por eso viene acompañando las denuncias que presentamos ante el Ministerio de Trabajo y la Justicia”. El PTS esquiva denunciar la complicidad con los despidos, evade cualquier tipo de exigencia de un plan de lucha y reivindica el mero rol de “acompañante legal” del sindicato: una completa lavada de cara a la burocracia.


En la misma nota dan cuenta de una campaña de juntada de firmas por la reinstalación de los desdedidos en Chozas, “la cual ya cuenta con cientos de firmas de personalidades de los DDHH así como del arco político y sindical”. Entre éstos, destacan la firma de Carlos Tomada, ministro de Trabajo durante los 12 años del kirchnerismo, responsable directo de miles de despidos y precarizados en todo el país, y cuya política antisindical quedó expuesta en plenitud cuando fueron reveladas sus conversaciones con José Pedraza inmediatamente después del asesinato de Mariano Ferreyra. No está de más recordar que Carlos Tomada fue denunciado por la querella del Partido Obrero como parte del entramado criminal que derivó en el asesinato de nuestro compañero.


La reivindicación de Tomada como una “personalidad del arco político” preocupada por los despidos refleja el nefasto papel que juega el PTS frente al intento de reciclaje del kirchnerismo, contrario a los intereses de los trabajadores.


Para enfrentar los despidos –en Chozas, Ipesa, Buschi, Interpack II– hay que movilizar a todo el gremio en torno a un plan de lucha común.


Precisamente, lo que la burocracia de Amichetti viene gambeteando.