Sindicales

7/7/2007|894

Gral. Rodriguez: Histórica asamblea en La Serenísima


El miércoles 23 de marzo, los trabajadores de Logística La Serenísima realizaron una asamblea general en un club de General Rodríguez. Participaron cerca de 150 compañeros.


 


Los compañeros agrupados en la lista opositora (Lista 2) venían llamando a que se realizara una asamblea para debatir la cuestión salarial. El cuerpo de delegados trucho era presionado por los trabajadores. A esto se le sumaba la recomposición salarial de los compañeros del subte y los camioneros.


 


La comisión interna ilegítima inició el reclamo de la devolución de las 44 horas semanales que rigen en el convenio 2/88 de Atilra (hoy La Serenísima tiene 48 horas). Y la diferencia de los sábados, domingos y feriados (pago de horas extras después de las 13 horas del sábado, domingos y feriados modificados por el convenio por empresa 10/97). La empresa ni los atiende y ellos comienzan a decir que está todo acordado.


 


Esto generó malestar entre los trabajadores; los baños se transformaron en ámbitos de expresión y polémica sobre qué hacer y los delegados truchos comenzaron a tener dificultades para desplazarse con libertad por la fábrica.


 


El miércoles 23 se convoca la asamblea general. La última asamblea que se convocó en la planta fue hace 30 años; en ese momento el sindicato se planteaba afiliar masivamente a los 3.000 trabajadores y, anticipándose a la iniciativa, Pascual Mastellone convoca al personal y denuncia que el sindicato venía a quebrar esa gran familia, que todos ellos , con tanto esfuerzo, habían alcanzado. Como consecuencia, el sindicato no puede afiliar masivamente a los trabajadores y tiene dificultades para atender la planta.


 


En este marco, la asamblea en sí misma es todo un salto, revalorizada con la importante presencia de compañeros, sin contar con el turno mañana que estaba trabajando.


 


En los días previos, la Lista 2 sacó un volante llamando a todos los compañeros a participar de la asamblea, planteando abrir el debate por el salario y los reclamos más sentidos por el conjunto de los compañeros; se llamaba a realizar la asamblea en la planta y considerar, tomando la experiencia del subte, quién o quiénes deben dirigir el conflicto. Que las medidas a tomar se realicen en la asamblea y la misma ratifique o no el acuerdo.


 


En la asamblea se pudo comprobar la falta de confianza en los delegados truchos y en la seccional Capital. Muchos compañeros criticaron la pasividad de la dirección y, en algunos casos, hasta tildaron de cagones a miembros de la directiva que se encontraban presentes (en este caso a Gómez, viejo conocido por los compañeros de Parmalat).


 


Los compañeros plantearon discutir una agenda amplia de debate, la dirección se limitó a debatir el convenio 10/97 y la incorporación de 400 pesos al básico, todo lo demás quedaría planteado para una futura asamblea sin fecha.


 


En las intervenciones fuera de agenda que los compañeros igualmente hicieron se destaca el reclamo de equiparación con aquellos que cobran el plus global, una diferencia salarial que poseen quienes ingresaron antes del '95. También el problema de tener pocos afiliados (en General Rodríguez trabajan 600 en Logística y 1.200 en producción, y los afiliados no alcanzan a 100 compañeros), la asignación por comida y categoría de controles y operadores de PC. Y la falta de libertad y democracia sindical (en referencia a que siempre existió un cuerpo de delegados propatronal y cuando hubo dos listas la patronal y los burócratas impugnaron y proscribieron a una de ellas, la Lista 2). Pero a todo esto el sindicato no contestó. Obviamente, estaba “fuera de agenda”.


 


A esto debemos incluir los datos entregados por la empresa a El Cronista Comercial el pasado 10 de febrero de 2005, donde informan que Mastellone facturó en  2001 548 millones de pesos; en  2002, 1.171 millones; en  2003, 1.130 millones y en  2004, 1.200 millones de pesos. Y los resultados (ganancias) fueron en 2001, 52 millones de pesos; en  2002, 323 millones; en  2003, 186 millones, y en  2004, 350 millones de pesos.


 


Se votó ir una medida de fuerza coordinada con la planta de Longchanps (paro para el 5 de abril).


 


Entre los compañeros, es evidente que existe una gran confianza en sí mismos, pero una gran desconfianza en la dirección; una asamblea antes del 5 debe ratificar la medida y se debe elegir una delegación de compañeros de confianza que junto al sindicato formen parte de las negociaciones con la patronal. Está claro que quienes han dejado pasar un convenio negrero (el 10/97) y regentean el bufete lucrando alevosamente con los compañeros (Domínguez y compañía) no pueden estar a la cabeza de la lucha. Nuevamente queda planteado el problema de quién dirige el conflicto: los elementos vinculados a la patronal, o los trabajadores.