A 48 horas del cierre del comicio, aún no hay datos oficiales sobre los resultados nacionales. Por el momento, tanto la Verde de “Cachorro” Godoy -apoyada por De Gennaro- como la Verde-Blanca de “Nando” Acosta -vinculada con el kirchnerismo-, se atribuyen el triunfo en la elección nacional. Tal como lo denunciáramos durante la campaña electoral, el sindicato tiene serio riesgo de fracturarse, en un proceso similar al ocurrido en la CTA.

La elección estuvo plagada de choques e irregularidades. Hubo denuncias de fraude y hechos de violencia de norte a sur del país.

Pero, mientras la histórica Verde acelera su crisis, la oposición antiburocrática e independiente se constituye como una alternativa real en nuestro sindicato. Por primera vez en la historia de ATE, una lista referenciada con la oposición nacional conquista una comisión directiva provincial; y nada menos que en Mendoza, una de las provincias con mayor cantidad de afiliados.

El triunfo de la Lista Naranja mendocina se dio en el marco de una tremenda campaña contra la dirección del sindicato; campaña orquestada por el gobierno, los medios de comunicación y el conjunto de las fuerzas patronales de la provincia. Millones de pesos fueron puestos para bloquear el triunfo de la nuestra lista, pagando incluso spots en los medios masivos de comunicación provinciales. Pero los estatales de ATE dieron una contundente respuesta votando plebiscitariamente a la Naranja. Con el 57% por ciento de los votos, la Naranja se impuso holgadamente sobre las listas Verde-Blanca y Verde, que sacaron un 32,7 y 10,3%, respectivamente.

ATE Mendoza, con sus más de 14.000 afiliados, pasa a ser el sindicato más importante que conduce la izquierda en todo el país. La Naranja ganó también en seis seccionales de la misma provincia, que se suman a las históricas direcciones antiburocráticas de Lomas y Almirante Brown-Presidente Perón, que ratificaron sus mandatos en la provincia de Buenos Aires.

A nivel nacional, con nuestras nueve listas provinciales y 23 seccionales, si bien no hay registros oficiales, podemos afirmar que la Lista Bermellón sacó alrededor 10.000 votos, más que duplicando los votos de la elección anterior.

En la Ciudad de Buenos Aires, a fuerza de incorporar al padrón a los militantes vinculados con el gobierno nacional, y explotando la parálisis y división de la Verde tradicional -la cual fue dividida en una lista apoyada por Micheli, que sacó 4.064 votos, y otra por De Gennaro, que tuvo 3.813-, se impuso la Lista Verde y Blanca kirchnerista con 4.401 votos. La Bermellón obtuvo 1.328, un 30% más de los que se habíamos obtenido en 2011, cuando la integraban la Lista Roja del Garrahan y el MAS, que en una actitud faccional y sectaria, presentaron lista aparte y sacaron sólo 264 votos.

En la provincia de Buenos Aires, tanto en Lomas de Zamora como en Almirante Brown, las direcciones combativas revalidaron su mandato con el 62 y 53%, respectivamente. En La Plata, la Bermellón consiguió cerca de 600 votos, superando la elección de 2011. En Hurlingham-Ituzaingó sacamos un 18%, destacándose la elección plebiscitaria en el Inta, donde ganamos con un 81%. En Moreno, la Marrón-Naranja obtuvo un 18% de los votos. En Bahía Blanca y Mercedes, las listas naranjas de Tribuna Estatal tuvieron una gran elección, con un 24 y 20%, respectivamente.

En Santa Cruz se obtuvieron alrededor de 250 votos para la directiva nacional, al igual que en la provincia de Santa Fe, donde se impuso la Verde-Blanca a nivel provincial y la Verde en la seccional Rosario.

En Río Negro y Neuquén, la Bermellón sacó un 7% de los votos, ganando nuestras listas en los hospitales Castro Rendon y Plottier, en el caso de Neuquén, y en el de Villa Regina en Rio Negro.

En Salta, en el marco de un fraude escandaloso en Orán y San Martín, nuestra lista Naranja sacó alrededor de un 10%, según nuestros propios registros, en esas dos seccionales. A nivel provincial, sin resultados oficiales, hicimos una gran elección en el Hospital San Bernardo y pudimos consolidar una pujante agrupación en la capital provincial.

En Córdoba, donde la Bermellón se presentó por primera vez, obtuvimos casi un 10% de los votos.

Recién el próximo miércoles se conocerán los resultados provisorios a nivel nacional. Existe una inmensa cantidad de denuncias, impugnaciones y votos observados propios de un sindicato en completa descomposición. Más allá de lo que suceda formalmente, en los hechos ATE actuará aun más fracturado, sin una conducción real a nivel nacional.

El proceso de transición que vive el movimiento obrero ha hecho su trabajo en ATE. La conquista de la comisión directiva de ATE-Mendoza debe ser un puntal para profundizar un reagrupamiento nacional que plantee una nueva dirección sindical para todos los estatales, que salga a pelear hasta ganar nuestras reivindicaciones y reconstruya nuestro gremio sobre bases independientes, antiburocráticas y de lucha.