Sindicales

16/1/1996|480

Gran lucha de los choferes

Después de una asamblea multitudinaria, que contó con la participación de más de 300 choferes, quedó ‘normalizado’ el servicio de las líneas 365, 203, 743, 362, pertenecientes a la empresa ‘Independencia’.


El conflicto explotó a raíz del no pago, por parte de la empresa, del sueldo de diciembre, y del aguinaldo. “Este tema viene de largo, desde el aguinaldo pasado, cuando nos retacearon su pago; nos venían pagando en dos veces: la mitad en efectivo y el resto en cheques”, nos relató un chofer. La combatividad del conflicto se revela porque de los 1.200 choferes con que cuenta la empresa ninguno tomó sus tareas. Pero sí sostuvieron la olla popular que se mantuvo durante los días del conflicto.


Hasta el martes 9 lo ofrecido por la empresa había sido rechazado en forma unánime. Esta ofrecía: pagar el mes de diciembre y el aguinaldo en tres cuotas, haciéndoles firmar a los choferes un recibo como todo pago. Todos los choferes pedían los mismo: “que paguen hoy todo si no seguimos el paro”.


El miércoles, con la ‘mediación’ de UTA central, se bajó a la asamblea. La empresa ofrecía el pago del salario entre miércoles y jueves, el pago del aguinaldo el 24 y una bonificación por el atraso en el pago de 40 pesos el 29. La patronal también bajó, pero con 122 telegramas de despido “por justa causa” a los choferes más combativos, por haber incitado a sus compañeros a abandonar sus tareas. En este operativo de chantaje patronal se incluía también la amenaza del Ministerio de entrar en conciliación obligatoria a partir de las 16 horas (la patronal había girado un pedido de “recurso de crisis”). Todas estas amenazas quedarían sin efecto si los trabajadores aceptaban la propuesta. La patronal se comprometía a pagar los días caídos; UTA central, que había dividido los conflictos, tratándolos por separado fue a la asamblea reclamando ‘agarrar’ lo que se ofrecía. Lo delegados tuvieron la misma actitud. Pidieron a sus compañeros que ‘reflexionen’, que “ya habían resistido 5 días”, pero no fijaron posición ante la asamblea. Esto dividió a los trabajadores. Aun así, los sectores más combativos intervinieron para decir que no había que aceptar la propuesta, que había que imponer el reclamo obrero en toda la línea.


La propuesta burocrática fue aceptada por 255 a 57 votos. Se planteó volver a parar en cuanto no se cumpla con lo acordado.


El conflicto marcó el estado de ánimo combativo que anida en los trabajadores de la UTA y la posición divisionista y frenadora de la dirección del gremio.