El miércoles 9 de abril, en una segunda marcha sobre la sede de Azopardo de Editorial Atlántida, los trabajadores gráficos de Garín congregaron a más de 1.500 personas.

El salto no fue sólo en el número. La marcha contó con una extraordinaria presencia de comisiones internas gráficas, entre las que se encontraban Perfil, Zupan, Ipesa, Talleres Unión, Muresco, Instituto Salesiano, Ciccone, La Nación y la Federación Argentina de Trabajadores de Imprenta de Diarios y Afines, que representa a los gráficos del interior del país. Además, estuvieron junto a los trabajadores de Atlántida, numerosas comisiones internas bancarias, la comisión interna de Transportes del Oeste, compañeros del Hospital Italiano, del Inti, de la Coorporación Médica del Sur (presentes permanentemente junto a los compañeros de Atlántida) y numerosas representaciones sindicales, entre las cuales se debe agregar al MTA, el Sindicato de Publicidad, el secretario general del Sindicato de Televisión, también titular de la Coordinadora de gremios de la Comunicación (COSIMECO), y una nutrida representación estudiantil, como la de los secundarios del Nacional Buenos Aires y estudiantes universitarios, y numerosas organizaciones populares y partidos de izquierda.

Con la gran ausencia, ya común, del SGA, la marcha logró avanzar en cantidad y calidad, lo que fue de gran impulso para la lucha de los compañeros de Atlántida. Todos ellos hicieron frente al impresionante operativo policial que convirtió a la sede central de los Vigil en un cuartel idéntico al de Garín (también militarizado).

En la misma hablaron representantes del movimiento obrero y del gremio gráfico, los cuales, como la Federación de Trabajadores del Interior y la CI de Atlántida, criticaron duramente la política carnera de Raimundo Ongaro.