Sindicales

11/12/2008|1067

Gran triunfo de los obreros de Dezacor

Huelga en Atucha II

A la gravísima agresión a fines de octubre contra el delegado Walter Montero, de la contratista Dezacor, por parte de una patota de la intervención de la Uocra Zárate, le siguió el despido de compañeros opositores a la intervención en ésa y otras empresas (Masoero y Carmine, Huron y Dycasa).

El reingreso de Walter a su puesto de trabajo luego de su convalecencia, fue postergado día a día con argumentos falaces. Cansados del manoseo, los trabajadores decidieron poner fin a estas maniobras.

El jueves 4, un grupo de trabajadores esperó a los micros de la empresa en la puerta del obrador; micro tras micro, todos los compañeros bajaron. Después del informe de Montero, la asamblea en la puerta votó la huelga: nadie entraba hasta que entrara el delegado. También se reclamó que la empresa echara a los dos matones que habían ingresado ese día y debutaron carnereando.

La huelga fue una conmoción. Corrió como un reguero de pólvora en las otras contratistas de Atucha. Recién cuando constataron el ingreso de Montero, por la tarde, los compañeros entraron encolumnados en la obra, aplaudiendo, con el delegado a la cabeza. Desde las otras empresas, trabajadores mostraban su simpatía.

El triunfo de los trabajadores de Dezacor ha trastocado todo en la Uocra y va a influir sobre todo el movimiento obrero zonal. Es aire fresco para los compañeros de las otras empresas de Atucha y de las otras obras de la zona, cansados de la entrega de la burocracia, de las condiciones de trabajo, de la miseria salarial, de las patoteadas y de la falta de organización gremial genuina. Se abre la hora de elegir delegados donde no hay, de completar y mejorar los cuerpos de delegados, revocando a los puestos “a dedo”, eligiendo en forma democrática. Es la hora de expulsar a los capangas enviados por la Uocra a vigilantear a los trabajadores y de empezar a imponer los reclamos postergados. Walter Montero y sus compañeros emergen como la referencia ineludible de los 4.800 trabajadores de la obra más grande del país. La formación de una agrupación antiburocrática está en el orden del día.

Entre los compañeros que han llevado el peso de la lucha, y esto incluye a destacados delegados y trabajadores de otras empresas, hay un sector que confía en llegar a un acuerdo con la directiva nacional que le permitiría un cierto manejo autónomo de la regional Zárate. Otros compañeros tienen mucha desconfianza.