Sindicales

20/10/2016|1433

Gravísimo ataque contra un chofer de la ex Ecotrans


Un colectivo, conducido por un carnero contratado por la patronal, atropelló a un huelguista de la línea 163 y lo arrastró treinta metros antes de, por fin, detenerse. Se trata de una escalada de violencia en torno al conflicto de los trabajadores de la ex Ecotrans. La empresa, como se sabe, fue dividida en varios núcleos y en algunos de ellos los nuevos empresarios intentan imponer su propio orden -que incluye reducir personal, disciplinar a los trabajadores para imponer un régimen laboral de flexibilización laboral, trabajo en negro y jornadas de hasta 16 horas- con métodos patoteriles. La violenta actitud patronal casi se cobró una vida ante la mirada pasiva de la burocracia sindical de la UTA, que incluso le provee a los empresarios delegados para que actúen con esos fines.


 


“Se había iniciado un paro debido a que la empresa Metropolitana suspendió compañeros y despidió a un trabajador arbitrariamente -explica Carlos Pacheco, delegado general de los trabajadores, a Prensa Obrera (al cierre de esta edición se había dictado la conciliación obligatoria con el despedido adentro, un trabajador de la línea 163). Los empresarios contrataron carneros ajenos a la línea, que conducían los colectivos por 14 horas en negro. En un primer momento hacían un recorrido que no llegaba a la cabecera de la línea, donde habíamos instalado un acampe de protesta. Pero luego pasó uno. Y el segundo que pasó atropelló y arrastró treinta metros a nuestro compañero”. Tras rescatar al huelguista herido, sus compañeros radicaron la denuncia correspondiente en la comisaría de la zona. “Estuvo internado, está golpeado, le dieron el alta pero tiene que estar en reposo recuperándose por las lesiones”, explica Pacheco.


 


– ¿Es un caso aislado?


 


– No, desde que empezaron las nuevas empresas, la violencia fue su método. Primero, pusieron una seguridad privada con gente que anda armada. Querían restringir el paso de los trabajadores por sus lugares de laburo y usaban a estas personas para apretar. El otro episodio grave fue cuando quedamos en hacer una reunión con la empresa en el Ministerio de Trabajo, en la sede de la línea 182. Nos trasladamos al lugar, pero nos recibió una patota armada dirigida por el burócrata Gabriel Sosa, que estaba con toda esa gente enfierrada, que nos amenazaba para que nos fuéramos. Que nos estuvieran esperando demuestra que estaba todo orquestado con la empresa. Los muchachos hicieron el aguante y los otros se tuvieron que ir, pero podría haber terminado mal. Hicimos la denuncia en la comisaría y Sosa estuvo dos días prófugo. Ahora reapareció y está refugiado por la patronal dentro de la empresa.


 


– ¿Quiénes son los dueños de la empresa?


 


– Se trata de la empresa Sargento Cabral, que fue absorbida por los Zbikoski, dueños de la Metropolitana. Forman parte de uno de los cuatro grupos empresarios beneficiados por los subsidios, con el mismo sistema de hace años. Para nosotros, son los nuevos Cirigliano de Mauricio Macri.


 


La presencia de patoteros con armas de fuego (en las vísperas del sexto aniversario del crimen de Mariano Ferreyra) y haber atropellado a un trabajador constituyen una grave escalada en las agresiones contra los trabajadores que debe ser severamente repudiada y enfrentada por todo el movimiento obrero y popular.