Los sindicatos petroleros han resuelto resignar por seis meses las negociaciones colectivas y paritarias “con motivo de la crisis”. Vencido ese plazo los sindicatos se comprometieron a analizar “la prórroga del término de la suspensión”, según reza un acta firmada con los gobernadores patagónicos, las petroleras y el gobierno nacional.

En infinidad de fábricas y gremios se discutió la necesidad de reabrir las paritarias en función de la enorme inflación que se comió los topes salariales de Moyano y Yasky (de hecho los docentes las reabrieron en 15 provincias). El sindicato petrolero ha hecho lo contrario, suspendieron por tiempo indeterminado las paritarias que les correspondían ahora, con la excusa de evitar despidos. La realidad es que los petroleros de Neuquén han tenido 300 despidos en lo que va del año y otros mil compañeros están sin trabajo, suspendidos en sus casas. Es decir que los despidos ya están y las suspensiones ya están, a lo que se suma la rebaja salarial que significa resignar la discusión salarial. En Las Heras Oleosur está en huelga a partir de un reclamo de aumento respondido con despidos por la patronal.

Los dirigentes sindicales petroleros resignaron todo aumento salarial en el año más inflacionario de la era Kirchner en favor de YPF, propiedad de Repsol y el grupo Eskenazy, de Panamerican Energy de Bulgheroni y la British Petroleum y de Petrobras de Chevron y Oxy. La sacrificada clase obrera de la Patagonia cuya canasta familiar es la más cara del país ha tenido que congelar sus salarios para colectar una vaquita a favor de algunos de los poderosos jugadores mundiales del petróleo que hasta ayer se llenaron los bolsillos con los altos precios internacionales.

A cambio no hay contrapartida de reincorporación alguna, ni compromiso de no despido o levantamiento de suspensiones. Los firmantes ganaron apenas el “derecho” de reclamar inversiones que con toda seguridad no ocurrirán ante la caída de los precios internacionales del petróleo. Al contrario las patronales han declarado sin empachos que “sobran 2.500 obreros sobre los 30.000 de la industria” (Cronista Comercial, 27/10).

Las fracciones enfrentadas de la federación nacional petrolera y la federación patagónica, una de las cuales se cargó un muerto de la Uocra por la cuestión del encuadramiento de los trabajadores hace poco días, se han unido para firmar la suspensión de la paritaria, con las patronales que superexplotan a miles de compañeros mal encuadrados en la Uocra y otros convenios. De eso no hay una palabra en el acta.

Hay una línea política de toda la patronal argentina de deponer los reclamos de aumento de salarios o jubilaciones con la excusa de la recesión cuando el congelamiento la alimenta. Con esa línea está alineado el gobierno kirchnerista y la oposición de los Carrió, los Binner y los Macri, y a ella se ha subordinado la burocracia sindical argentina. La paritaria petrolera es un extremo obsceno de esa política.

Denunciamos el acta. Impulsamos asambleas entre los trabajadores de todas las seccionales petroleras involucradas, autoconvocatorias en cada una de las localidades. Ningún despido, jornada de seis horas en toda la actividad petrolera, incorporación a convenio de todos los trabajadores mal encudrados, inmediata realización de la paritaria, eliminación de todo impuesto al salario. Nacionalización de la industria petrolera bajo gestión de los trabajadores.