“En el Chaco, como en casi todo el interior del país, el del chofer de colectivo es un trabajo casi marginal, que se desarrolla en condiciones pésimas. No se cumple el contrato de trabajo ni el convenio colectivo, lo que se firma en Buenos Aires allá no se aplica. Estamos sin defensa gremial, sufrimos sanciones tempestuosas, despidos. En la empresa donde yo trabajo, el salario empieza a pagarse cuando vence el plazo legal, pero pagan de a diez compañeros por día. En las cabeceras no hay baños, ni agua potable, ni salas de estar”.

-¿Cómo es la jornada de trabajo?

-No se respeta ninguna normativa, se trabajan hasta 18 horas en horarios acomodados por el empleador a su exclusiva conveniencia. Tampoco se hace caso de los tiempos de descanso entre vuelta y vuelta y entre jornada y jornada. Las extras se liquidan mal y se pagan en negro.

-¿Les pagaron los últimos aumentos?

-La Cámara patronal tuvo el tupé de pagarlos con cuatro meses de atraso y en seis cómodas cuotas, pero ahora dicen que van a tener que dar marcha atrás con los aumentos porque la derogación de la Resolución 125 hará que lleguen menos fondos a la provincia y las empresas tendrán recortes de subsidios. Quisiera saber qué dirá esa izquierda que nos aseguraba que si se derogaba esa resolución nos salvábamos todos.

-¿Qué ánimo ves en los trabajadores?

-Hay mucha bronca y conflictos latentes, que esperan para estallar a ver si las patronales cumplen. Al mismo tiempo, las empresas especulan con eso, miden la respuesta de los trabajadores y confían en el respaldo de la burocracia de la UTA. Pero ahora los trabajadores tendremos el respaldo, la organización y la perspectiva de lucha de la Agrupación Clasista.