La empresa Gloria, dueña del ingenio San Isidro, se ha declarado en crisis y procedió intempestivamente al cese de actividades, dejando a 700 obreros en la calle. 

Estamos ante un nuevo y más virulento ataque de la patronal azucarera contra sus trabajadores. Anuncian un lock out patronal que deja sin trabajo a 450 compañeros que estaban en la actividad del alistamiento para la zafra y  al mismo tiempo presentan  un procedimiento preventivo de crisis para justificar un cierre definitivo, en donde buscaría abaratar los costos de las indemnizaciones y eventualmente transferir el ingenio sin obreros. O la alternativa de   poner de rodillas al sindicato y al pueblo para que acepte una caída de los sueldos, despidos masivos y toda clase de recortes al convenio, si es que se quedan recortes por hacer.

Mientras tanto, el gobernador Juan Manuel Urtubey se bajó de acompañar a Macri en Davos para atender este “desacuerdo” entre trabajadores y patronal. Puro cinismo: un gobernador verdaderamente preocupado por la producción y fuentes de trabajo, debería actuar enérgicamente contra el lock out ilegal. Nada más alejado a un Urtubey que iba a Davos a entrevistarse con decenas de “Glorias”, o sea empresarios y jefes de estado que aplican este tipo de ajustes contra los trabajadores en todo el mundo.

El acompañante de Macri se queda en Salta para clausurar cualquier posible proceso de lucha: propone una vía negociada en la que “ambas partes cedan un poco”, cuando en realidad correspondería que los trabajadores estén en sus puestos, discutiendo la próxima paritaria. Es claro que empresa y gobierno buscan, mediante chantaje,  que los trabajadores terminen  aceptando los términos de esta u otra empresa que compre el ingenio. De allí que el gobierno ya ha rechazado cualquier alternativa de intervención estatal para garantizar la continuidad del ingenio, especialmente  la de su estatización.

Es un método similar al de Ledesma, que despidió sin causa a 30 trabajadores para forzar la paritaria a la baja; o el de La Esperanza, en donde el gobernador jujeño Gerardo Morales llegó a encarcelar al activismo que lucha contra los despidos ilegales. Por su parte, Tabacal terminó el año imponiendo su famoso cuarto turno, que deprecia el salario en un 40%.

Es una guerra coordinada de las patronales que integran el Carna (Centro azucarero del Norte Argentino) contra la clase obrera, sus organizaciones, su vanguardia y sus conquistas. Esto no se podría desenvolver sin el apoyo de los Morales, los Urtubey y el mismo Macri, quienes han  hecho causa común con las empresas, criminalizan y reprimen a los luchadores.

¿Crisis azucarera? 

 A nivel mundial, los precios del azúcar han venido cayendo en los últimos 2 años, producto de la enorme producción brasileña, el retraimiento del mercado indio y la baja más general en la compra a futuro de materias primas. Pero los precios caen relativamente, desde un record histórico del período 2005-2011 y se mantienen en un nivel de venta y ganancias todavía muy importante.

Los datos muestran que el precio de la libra de azúcar en las bolsas de Nueva York y Londres duplicaron durante la última década los valores del período inmediatamente anterior, mientras que la producción creció un 83%. En promedio, el precio ha girado en torno a los 17 centavos de dólar, contra los 8,5 de la etapa 1997-2007. En 2017, el valor se ubicó cercano a los 16 centavos, o sea próximo al promedio, con un nivel de inversión creciente. La crisis es una farsa.

Los empresarios han argumentado también que el consumo del azúcar viene bajando, siendo reemplazada por edulcorantes y productos naturales. Falso: en los países emergentes el consumo se mantiene constante y se abrieron nuevos nichos, especialmente en Asia. Por sobre todo, en este siglo asistimos al boom de los biocombustibles y del azúcar orgánico; sin ir más lejos, San Isidro hoy en día produce 50 mil toneladas anuales de este producto y 12 millones de litros de combustible, representando esto un 80% de sus ingresos –porcentaje que crece todos los años. En definitiva, el cambio de hábitos alimenticios de un sector minúsculo de la población mundial tampoco explica los despidos.

Todo indica que la industria en general continúa en expansión. Gloria anunció la instalación de una moderna industria láctea a través de su filial Colarsa, con una inversión de 48 millones de dólares. Apoyados en una ganancia record en el azúcar y sobre la base de la superexplotación obrera, las patronales quieren expandirse en otros rubros.

Cómo enfrentamos y derrotamos esta ofensiva patronal

El 24/1 se reunió un plenario de secretarios generales de los 5 sindicatos azucareros de Salta y Jujuy acompañados por miembros de comisión directiva y algunas delegaciones de trabajadores como el caso de los despedidos del ingenio La Esperanza. El diputado Claudio Del Plá estuvo invitado por los organizadores y propuso que se tomen medidas de fuerza inmediatas para poner a todo el pueblo junto a los trabajadores a exigir  que el ingenio vuelva a funcionar  ya que las negociaciones   en el marco del procedimiento de crisis no traerán ninguna salida. Denunció además las maniobras de Urtubey en conjunto con la empresa para doblegar al pueblo y a los trabajadores e imponerle una salida ruinosa. Destacó que un objetivo central de estas patronales y del Estado  es convertir a los sindicatos en  su  brazo auxiliar para aplicar el ajuste (la patronal de Ledesma había mandado el día anterior una carta a la asamblea proponiendo que se sumen a la aplicación de la multifuncionalidad,  a la liquidación de la garantía horaria para cada zafra, entre otras cuestiones).

Los secretarios generales reunidos en la FAR (Federación Azucarera Regional) decidieron la realización de una movilización desde todos los ingenios hacia San Isidro para la primera semana de febrero  y un próximo Congreso de bases de la FAR para coordinar acciones en común.

El Comité Provincial del PO ha lanzado una carta al pueblo del departamento Güemes que concentra nuestros planteamientos  e impulsa una Asamblea Popular para llevarlos adelante.