Sindicales

30/4/2003|798

¡Hola Ingreso Básico por Hogar. Chau salario!

Con la firma de Claudio Lozano (secretario de Estudios y Formación de la Cta), se ha girado un documento a las organizaciones de base, con una propuesta en relación a la convocatoria para debatir salarios realizada por el Ministerio de Trabajo de la Nación.


Basado en una serie de datos concluye que hoy en día un aumento salarial, “dada la estructura ocupacional…”, lo recibiría “…como máximo sólo el 19% de la fuerza de trabajo…”.


Para remediar esta situación la Cta propone “…reemplazar lo que hoy son las propuestas separadas de Consejo del Salario y el Consejo Consultivo para el plan Jefes y Jefas, por un ámbito común, plural y participativo, cuyo objetivo sea garantizar un ingreso social básico para los hogares argentinos” (destacados de la Cta).


Fija ese Ingreso Social Básico en la cifra de 727,88 pesos “para un hogar compuesto por cuatro miembros: jefe varón de 35 años, esposa de 31 y dos hijos de 8 y 5 años”.


Este planteo, agrega, tiene como objetivo “…poner en el centro de la cuestión el nivel de vida de los hogares y abrir la discusión sobre las distintas formas de percepción de ingresos que tienen hoy o que deberían tener…” (destacados de la Cta).


Y enumera: 1) el seguro para desocupados; 2) asignación para menores de 18 años; 3) asignación para mayores sin cobertura previsional; 4) salarios; 5) jubilaciones y pensiones; 6) acceso y costo de las prestaciones de los servicios públicos”.


La propuesta de la Cta apunta a integrar los 727,88 pesos a todo lo que ingresa en un hogar, incluido los distintos subsidios de los servicios, como el que en la Patagonia subsidia el consumo del gas (40 ó 50 pesos por bimestre en época invernal).


A esto la Cta lo llama una “política general de ingresos”, que sostenga un proceso de “reindustrialización” (destacados de la Cta).


 


¡Chau salario!


Con esta propuesta la Cta consuma el ideal del “neoliberalismo”: conceptualmente hace desaparecer al salario como una remuneración por la fuerza de trabajo.


En esto se coloca por detrás de cualquier definición del salario de la propia legislación burguesa, que distingue entre remuneración y otros “ingresos” del trabajador, que no son remunerativos (por caso la entrega de ropa de trabajo). La burguesía nunca se animó a extender esta supresión del salario po r el “ingreso” a todos los trabajadores en relación de dependencia, como lo propone la Cta.


Para la Cta, esos “ingresos” toman en cuenta todo lo que “ingresa” al hogar de ese trabajador. Es así que en una familia “tipo” “ingresan” al menos dos asignaciones por hijo (80 pesos) y dos ayudas escolares anuales (260 pesos por año). Puede convivir en ése hogar un abuelo que reciba una jubilación y pensión de 200 pesos, que suma para llegar a los 727,88 pesos. Además bien podría haber un subsidio a desocupado (otros 150 pesos).


Este hogar ya tendría 450 pesos de “ingresos” mensuales. Si el trabajador por “disfrutar” del “proceso de reindustrialización” recibe un “ingreso” de 300 pesos… ¡¡ya está asegurado el ingreso social básico para los hogares argentinos!! (descatados míos).


La propuesta de la Cta describe a un hogar con dos cónyuges y dos hijos, el ISB no vale para madres solteras cabezas de familia o de solteros con o sin hijos. Así el “ingreso” sería aún menor.


 


Conclusión


La Cta termina de llevar la “flexibilización laboral” a su máxima expresión, incluso violando la ley capitalista que establece que el salario es el precio de la fuerza de trabajo, no un complemento de los “ingresos” de su hogar.


La Cta no propone un salario básico de 727,88 pesos, sino que lo reemplaza por la suma de ingresos de toda la familia. Y no lo hace porque los beneficiarios del “proceso de reindustrialización”, los patrones basan precisamente cualquier posibilidad de reactivación fabril en la superexplotación. Por eso no es un lapsus que al inicio de su propuesta la Cta defina al salario como una “problemática”, compartiendo la visión de todo patrón.


Este es todo el horizonte que puede “abordar” la Cta: un nuevo ciclo de acumulación en base a la explotación del trabajo como a principios del siglo pasado. Volver a los obrajes: ¡he aquí la propuesta de los “progres”!