A contramano de las directivas provinciales de los sindicatos de Salud Pública (SSP), ATE y Cucio, el hospital de Junín se encuentra de paro desde el miércoles 4 de julio, en reclamo del pago completo del aguinaldo. También denunciamos el creciente vaciamiento del hospital -falta de insumos- y reclamamos una explicación sobre el destino de los fondos del Samo y el Plan Vida. El miércoles 11, distintos gremios docentes, de salud, judiciales, auxiliares y jubilados cortamos la calle frente a Tribunales. Los dirigentes de ATE y de SSP denunciaron que los trabajadores eran rehenes de una "interna política"; nosotros pusimos el acento en la política de ajuste contra los trabajadores por parte de ambos gobiernos, y llamamos a la unidad de los estatales y de todos los trabajadores para hacerles frente. El 14 viernes, en una asamblea, ATE propuso parar miércoles y jueves y SSP jueves y viernes. El rechazo fue rotundo; ganó por unanimidad el paro por tiempo indeterminado. Una compañera de Cicop destacó: "la crisis política es consecuencia de una crisis económica; la pelea interna se da para disputar los costos políticos del ajuste que están llevando contra la educación, la salud y los trabajadores, tanto Cristina Kirchner como Scioli". Enfrentamos la privatización de la salud El último punto giró en torno de las disputas por la dirección del hospital. Pero todas las fracciones oficialistas son cómplices de la falta de insumos. Queremos saber qué se hace con el dinero del Samo (Sistema de Atención Médico Organizada) y del Plan Nacer. Por eso se votó presentarnos el lunes en la dirección, para que nos den explicaciones sobre los destinos de estos fondos y sobre la falta de insumos básicos en el hospital, como gasas, guantes, agua oxigenada, etcétera. El hospital de Junín tiene una posición estratégica, porque atiende la demanda de la zona e, incluso, de otras provincias. Las clínicas y los sanatorios privados incrementan sus negocios con el vaciamiento del HIGA. Hace ocho meses fracasó el intento de privatizar el lavadero, gracias a la lucha de los trabajadores. Ahora funcionan la mitad de las máquinas, para mostrar que el "servicio estatal es ineficiente" por lo que debería privatizarse. La lucha nos encuentra, por primera vez en muchos años, a todos los trabajadores unidos. Nos proponemos fusionarla con la del resto de los estatales y convocar a la población que sufre las consecuencias del ajuste y el vaciamiento del hospital.