Sindicales

31/8/2006|961

Hospital Francés: Una lucha laboral de salud y política

La situación se ha agravado. A los despidos sobre los que informamos en las páginas de Prensa Obrera, se ha sumado una andanada de suspensiones y un nuevo despido. Sus destinatarios son muchos de los activistas que vienen encabezando la lucha y tienen como función crear un clima de amedrentamiento general entre los trabajadores.


La campaña intimidatoria logró sus efectos iniciales, pues el paro que se lanzó en respuesta a la represalia patronal tuvo un carácter minoritario y lo mismo ocurrió con las movilizaciones y con el acto que se hizo en la puerta del Francés. Pero la situación empieza a darse vuelta. El despido de la última compañera y los rumores sobre el cierre del Centro de Atención Primaria, donde esta compañera trabaja, fueron el detonante que terminó por hacer estallar la bronca. El día viernes, cuando se supo la noticia, tuvo lugar una gran movilización contra la amenaza de cierre de este anexo.


La Intervención ha sido incapaz de reactivar el Hospital. El deterioro del mismo se va constatando día a día, y los trabajadores médicos y no médicos tienen que hacer verdaderas malabarismos para mantener la atención, en medio de la falta creciente de insumos, del aparataje para cubrir las urgencias y la necesidad de personal de enfermería.


Ante el atraso salarial (se les adeuda a cada trabajador entre 2.500 y 3.000 pesos, es decir, todo julio, parte de junio y todo el aguinaldo), muchos trabajadores optan por no venir, pues no tienen para los viáticos o porque hacen changas para sobrevivir. La ausencia de una parte del personal de enfermería recarga las tareas sobre el reducido sector que se presenta a trabajar.


La Intervención se ha lanzado abiertamente a la provocación, buscando la división entre los trabajadores.


Los planes de la Intervención


¿Cuales son las alternativas que se están barajando para el futuro del Hospital? El Dr. Gonzalez, director general médico del Francés, en declaraciones a la radio, ha dicho que sobran 200 médicos de staff y 400 no médicos. El propio interventor Salvatierra anunció, frente a una asamblea de afiliados, una “racionalización” de recursos humanos y técnicos de Hospital.


Es decir, la solución consiste, de acuerdo a la Intervención, en un achique general del Hospital que iría unido a una mayor flexibilidad laboral y reducción salarial. La Intervención ha presentado frente al Ministerio de Trabajo la solicitud de un Procedimiento de Crisis, que la habilitaría, para avanzar en esa dirección.


Pero el sindicato, uno de sus aliados, salió a rechazar tal pedido. ¿Qué plantea el sindicato? Daer manifestó que difiere con la Intervención por “ineficaz” y que su “plan de reactivación” se haría sobre la base de “retiros voluntarios”, y entregar el Hospital a un grupo gerenciador que lo “reactive”. Ya sabemos que el botín del Francés interesa a empresas como Swiss Medical, pero también a los “gordos” de la burocracia (recordemos que hoy el Sanatorio Quintana está en manos del Suterh o que Cavalieri hizo negocios con el Antártida).


Las contradicciones del mal llamado “plan” de Salvatierra salen al descubierto día a día. El interventor ha salido a decir que con los trabajadores sobrantes se implementaría una “reubicación" en el Estado. Si hay plata para reubicaciones quiere decir, que no existe “la falta de presupuesto”. ¿Y si hay recursos disponibles, no sería más sensato y racional que esos recursos fueran los destinados a preservar el Hospital Francés?


Conclusiones y perspectivas


La lucha se ha vuelto más dura, porque ahora los trabajadores no tienen enfrente a una patronal débil y en retirada, como ocurrió con la anterior conducción del Hospital sino que enfrentan al propio gobierno kirchnerista. El interventor Salvatierra viene del círculo íntimo de Alberto Fernández. El gobierno nacional, esta vez, a diferencia de lo ocurrido meses atrás, no ha querido recibir a la representación de los trabajadores y establecer un canal de negociación. Obviamente, el jefe de Gabinete no quiere desautorizar a su Interventor.


En este cuadro, con más razón, se trata de redoblar la apuesta. El conflicto, que ya se ha politizado, con la injerencia directa del gobierno nacional. Lo del Francés trasciende las características de un conflicto laboral. Lo que está en discusión, es el rumbo de la salud como parte de la solución de las demandas apremiantes de la población que permanecen insatisfechas. El conflicto tiene lugar en momentos que atravesamos una aguda crisis sanitaria en la Ciudad. El Hospital Ramos Mejía no da abasto y debe derivar pacientes a otros centros sanitarios, entre ellos, el Fernández porque carece de un resonador mientras el Hospital Francés, a pocas cuadras, trabaja con un nivel ínfimo de su capacidad y cuenta con ese instrumental.


Es necesario dirigir el reclamo no sólo al gobierno nacional sino al gobierno de la Ciudad, explotando las contradicciones entre ambos y que Telerman está condicionado por la crisis política desatada con los episodios de Cromañón.


Debemos apuntar a convertir al Francés en una gran causa popular y nacional. Llamamos a profundizar el plan de lucha. Llamamos a rodear de solidaridad y motorizar una campaña en defensa del Francés, logrando su integración a la red de hospitales públicos mediante su estatización y su funcionamiento bajo control de sus trabajadores. En oposición a una reprivatización del Francés, que será la fuente de un nuevo negociado, planteamos un Hospital para todos.


Estos elementos deben ser tomados en cuenta a la hora de prepararnos para intervenir y enfrentar la etapa del conflicto que hemos ingresado.