Sindicales

29/6/2006|952

Hospital Gallardo: El descontento de sus trabajadores y pacientes


El Hospital Gallardo se viene a pique. No porque sus trabajadores atiendan de mala manera sino por la falta de presupuesto para abrir terapia intensiva, el quirófano, para pagar los sueldos, para tener elementos de esterilización, placas radiográficas, etc. Este Hospital, que tiene que hacerse cargo de 70.000 habitantes, cuenta con una sola ambulancia, un médico clínico y un pediatra por guardia las 24 horas. Hay tres enfermeros por turno que atienden a 150 pacientes cada uno. Los consultorios externos no reciben más de 15 pacientes por médico, es decir que hay que levantarse a las 4 de la madrugada para obtener los poquísimos turnos.


 


Las enfermeras tienen que calentar el agua manualmente para higienizar a los enfermos en invierno porque no tiene gas natural, cuando las instalaciones pasan frente al Hospital. Los aparatos utilizados son obsoletos. Hay 36 camas para grandes y 12 para niños. Ni siquiera están preparados para recibir a los pacientes en caso de catástrofe o accidentes gravísimos, cuando los viejos tanques de Zapla contienen potenciales bombas de tiempo; cuando la celulosa contamina el aire y el agua del río; y cuando se va a abrir una fábrica que desparramará sulfato en toda la zona.


 


A todo esto se suma el salario degradado de los trabajadores de la salud. El básico es de 190 pesos. El último aumento es de 51,14 pesos, repartido en nueve ítems (antigüedad, título, zona, riesgo por trabajo, etc., etc.). Los compañeros cobran un salario por debajo de la canasta de pobreza. Ni hablar de los descuentos por “beneficios” que suman 165,70 pesos (Anses, ISJ), pero que no cubren ni para pasar frente a la farmacia.


 


Los trabajadores se preguntan que hará el nuevo ministro recién asumido. ¿Defenderá la salud de los jujeños, aumentará el presupuesto del Gallardo? De ninguna manera.


 


El remedio para estos cánceres son los trabajadores organizados en asambleas para defender la salud pública. Unificar los reclamos por zonas, apostar a la conciencia de los pacientes y trabajadores. Debemos garantizar la salud de nuestros hijos que llegan al Gallardo con enfermedades sencillas de curar, pero que en muchos casos se nos mueren, “porque no hay presupuesto”.