Durante los últimos días de octubre se extendió en la plástica Mascardi, de Ezeiza, el reclamo por la extensión del horario de descanso durante los fines de semana en las jornadas laborales de 12 horas. La patronal desconocía el tiempo estipulado por el convenio colectivo, reduciéndolo en 15 minutos. Ante el reclamo, la empresa quitó las horas extras de los sábados a todos los que reclamaron y despidió a un compañero. Los trabajadores resolvieron en asamblea comenzar con un paro general para exigir la inmediata reincorporación del compañero despedido.

El despido persigue impedir cualquier tipo de reclamo al interior de la fábrica para sostener un régimen de superexplotación. La medida de fuerza tomada por los compañeros, a su vez, significa la voluntad obrera de empezar a poner coto a la patronal.

El paro en la planta fue rotundo: 100% en todos los turnos. Para publicitar el conflicto en el segundo día del paro se realizó un corte en la ruta 205 durante tres horas y se hizo una movilización a la delegación del Ministerio de Trabajo provincial, en Banfield, durante la audiencia que se había convocado. Allí, se dictó la conciliación obligatoria con el despedido reincorporado a su puesto de trabajo. Este avance en el conflicto mostró que la organización es el método para torcerle el brazo a la patronal.

Los trabajadores del turno noche del jueves 8 mostraron la voluntad de resolver el conflicto y levantaron el paro en ese turno. Pero la patronal no permitió el ingreso del compañero despedido. Esto fue garantizado por un operativo policial que montó la empresa, colocando efectivos de la Bonaerense dentro y fuera de la planta con el objetivo de intimidar a los compañeros. De esta forma, viola la conciliación obligatoria y reinstala el conflicto. Los trabajadores reaccionaron inmediatamente retomando el cese de actividades en ese turno, mostrando su firmeza frente a los aprietes de la patronal.

En una asamblea de todos los turnos, el sábado 10 se votó un plan de lucha que involucró un acto para el martes siguiente que tiene como objetivo sumar apoyo a esta lucha. El sindicato de plásticos -Uoyep- brilló por su ausencia; sólo intervino en la audiencia para resaltar que el despedido, votado por todos sus compañeros como vocero en este conflicto, no era el delegado de la empresa.

Los trabajadores de Mascardi mantienen el paro y los piquetes fuera de la fábrica y van consolidando su organización, que es la única garantía para que esta lucha triunfe y para que más adelante puedan conquistar todas sus reivindicaciones.