Sindicales

23/12/2010|1160

Huelga municipal en Colonia Santa Rosa-Orán

Doce días de huelga, la lucha llegó a contar con la adhesión de más de un 90% de los trabajadores; junto a los de planta, pararon los contratados, los de los planes de hasta un mínimo 135 pesos y los “planilleros”, que trabajan por día. Un 60% del total son precarizados.

La huelga se impuso por una autoconvocatoria y rápidamente obligó a los sindicatos a subordinarse a la asamblea general, un hecho que no registra antecedentes. El pliego votado por la asamblea incluía desde el reclamo de 500 pesos al básico para los efectivos hasta el pase a planta permanente de todos. El Soem, que en un primer momento llamó solamente a un paro de 48 horas, acabó llamando al paro por tiempo indeterminado por la decisión de la asamblea. Los delegados de UPCN terminaron divididos: sólo uno de ellos, miembro del Partido Obrero y vocero del movimiento, defendió consecuentemente la lucha.

Lucha obrera y crisis política

El intendente Dardo Quiroga, como Urtubey, hizo viajar a Salta a los delegados de los trabajadores, donde no les ofrecieron nada, e incluso rechazando a la representación electa en asamblea. Tal provocación terminó endureciendo la medida y la adhesión al paro: los representantes no viajarían más a Salta, y los funcionarios de la provincia, junto con el intendente, debían presentarse a negociar en el municipio en donde se mantuvo un piquete permanente en el acceso principal.

La huelga agudizó la división en el campo del oficialismo. El Concejo Deliberante, cuyo presidente, Guido Céspedes, lidera una fracción que disputa la interna del PJ, dio su apoyo al pliego de los obreros. Se intentó desviar el reclamo mediante la expectativa en un relevo del intendente. La unidad obrera superó estas maniobras: se impuso que los funcionarios bajen a negociar en el edificio municipal virtualmente tomado por los trabajadores.

El gobierno tuvo que realizar importantes concesiones: pase a planta de 30 trabajadores, incremento a los precarizados de 180 pesos y que nadie cobre menos de 480 pesos, absorción por la provincia de los planes que prestan servicio en las escuelas y el hospital, aplicación de la pauta de aumentos fijada por la provincia para los de planta.

La huelga municipal tuvo una gran repercusión popular. Así contó con el apoyo de los vecinos, obreros de otros municipios, trabajadores rurales y hasta vecinos de un asentamiento, quienes consiguieron compromisos por parte del gobierno de la provincia para que se les provea de luz y agua potable a la brevedad. Este apoyo popular fue crucial. Los compañeros municipales del Partido Obrero jugaron un rol dirigente durante la preparación y el desarrollo del conflicto y desarrollando la solidaridad.

Un triunfo

Con la llamada descentralización de servicios, que alcanzó incluso al mantenimiento de los edificios escolares y los ordenanzas de escuela, acentuó el trabajo basura en los municipios, que supera el 60%. Los municipios cumplen la función de una tercerizadora, que achica los gastos del Estado sobre la base de un trabajo casi esclavo de miles de compañeros. La Unidad Obrera en una asamblea común y el pliego único de todos los trabajadores es la herramienta para quebrar esta política, ésta ha sido una de las conclusiones más importantes de la conferencia provincial del PO. En la campaña electoral que acabamos de iniciar, iremos municipio por municipio a impulsar la organización obrera en el modelo de los compañeros de la Colonia.