Sindicales

21/1/2010|1115

Huelga triunfante en la UTA Córdoba

Con dos despidos el 13 de enero, la patronal de la empresa del transporte urbano Ciudad de Córdoba pretendió abortar un proceso de organización en la línea. Preparó para ello un fraude contra los trabajadores, echándolos con argumentaciones arbitrarias e ilegales.

A las pocas horas de conocidos los despidos, distintas reuniones obreras concluían que había que “plantar” a la empresa desde la madrugada y convocar a los compañeros de las otras empresas a solidarizarse, mediante la huelga general. Así se hizo: desde las 4:30 horas del 14 de enero no salió un solo colectivo. Con el paro total de la empresa, a las 14:30 apareció el acta que dejaba sin efecto los despidos.

En las 10 horas que duró el conflicto, la burocracia sindical, representada al principio por los delegados y luego por la misma conducción, maniobró contra el paro y trató de llevar el conflicto a esa cueva de intrigas contra la clase obrera que se llama Ministerio de Trabajo.

Los choferes de la empresa Ciudad de Córdoba reaccionaron con una alta conciencia al rechazar por anticipado cualquier conciliación obligatoria; esto ocurrió en asambleas y piquetes que rompieron las maniobras de desgaste. La reacción de los trabajadores no cayó del cielo. Es la conclusión de un fuerte año de lucha, en el que enfrentaron a la burocracia con dos movilizaciones al gremio, y en el que se unió al conjunto de la base con un masivo petitorio reclamando un aumento del 30% del salario, en abierta oposición a la política de la burocracia de Galván. Todas estas conclusiones dieron pie a un agrupamiento clasista (Ortuta, Organización de Trabajadores de UTA) que jugó un papel clave en esta lucha, involucrando a activistas de las otras líneas.

En el activismo imperaba la conciencia de que la patronal y la conducción sindical pretendían regimentar las elecciones de delegados que se realizarán en marzo con los despidos. Ahora, no sólo se refuerza el activismo, sino que la recuperación sindical es un debate generalizado; la conclusión masiva al finalizar el conflicto fue: hay que echar a los delegados de la burocracia.

El gran triunfo obtenido por los compañeros de Ciudad de Córdoba tiene importancia más allá del propio gremio. Se salda así el debate sobre los métodos de lucha y queda al descubierto la impostura del planteo de “paz social” y “conciliación” que les enchufaron a docentes y hospitales, provocando revueltas contra la burocracia como también al combativo gremio municipal.

En esta lucha de UTA se resumieron los problemas que se abordan en el conjunto de las fábricas: el esfuerzo de patronales y burocracias para desterrar al activismo e impedir la puesta en pie de cuerpos de delegados de lucha y clasistas, conscientes de que la ola de reclamos es imparable. Es la lucha que está planteada fundamentalmente en el Smata y en la UOM, donde las burocracias expulsaron a los delegados opositores.

Los choferes de Ciudad de Córdoba inauguraron con un triunfo un año de luchas. Se anotaron en las grandes tradiciones de lucha del Subte, de Ecotrans y, más recientemente, de la Línea 60 contra la patota patronal de la UTA.