En paralelo con la acción de las patotas de Daer y de la patronal para tratar de quebrar la huelga de Kraft/Terrabusi, Hugo Moyano ha descargado un violento ataque a la lucha de los trabajadores.

Ha planteado que la Comisión Interna y el Cuerpo de Delegados que manejan el conflicto está “politizada y lleva a la ultraizquierda”. “No aceptaron la intervención de la CGT y el Ministerio de Trabajo cuando comenzó el diferendo”, y ahora, “cuando la cosa está crítica, quieren ayuda”.

En un reportaje a Radio 10 fue aún más explícito: “Se está reproduciendo la lucha del Casino, en la que comenzaron pidiendo el reparto de propinas y luego reivindicaciones alocadas, que llevaron a un desastre con 500 despidos”.

Hugo Moyano ha salido con los botines en punta porque en la lucha de Kraft advierte el mismo proceso político que lleva a los delegados del subte a pelear por un sindicato independiente, o a comisiones internas y cuerpos de delegados a enfrentar abiertamente a la burocaracia sindical en el mismo momento en que ésta llega a uno de los puntos más altos de descrédito en la base obrera, con el destape de la falsificación de los medicamentos y el fraude gigantesco en el manejo de las obras sociales.

Antes de todo esto, Hugo Moyano produjo otra declaración que pasó relativamente inadvertida: “Si se amplía la libertad sindical habrá muchos otros conflictos Kraft” (Ambito, 18/9). El burócrata camionero advierte, como Lorenzo Miguel en el setenta, al Estado. Demuestra así que es su agente en el movimiento obrero.

Todo y todos por la victoria de Kraft/Terrabusi.