Sindicales

23/12/1999|651

“Imponer por ley a las petroleras 1.400 puestos de trabajo”

PO: ¿Tienen muchos años de experiencia como obreros petroleros?


‘Jipi’: Fui petrolero casi toda mi vida; trabajé en Vespucio, en YPF; en Santa Cruz, en Neuquén y Bolivia. He visto el desmantelamiento de YPF y cómo las multinacionales se quedan con toda la riqueza de esta tierra y los trabajadores del Departamento de San Martín nos quedamos con el hambre.


‘Pepino’: Es una vergüenza lo que está pasando. Las empresas ya no reconocen el convenio petrolero, ni sus conquistas; hacen regir para sus trabajadores el convenio de la Uocra, que es la mitad del salario que el de Supe; desconocen escalafones, antigüedad y especialidades. El propio convenio semi-negrero de la Uocra rige incluso sólo para los argentinos, pero a los obreros bolivianos ni siquiera les reconocen un convenio.


‘Pepino’: Nosotros no queremos planes ‘Trabajar’, queremos que a las empresas se les imponga que den 1.400 puestos de trabajo; que ya acordaron en el ‘97 y nunca cumplieron. Queremos que haya un decreto o una ley que las obligue a tomar estos 1.400 obreros y a reconocer la especialidad de los obreros del gas y del petróleo.


‘Jipi’: Si no nos dan lo que pedimos vamos a hacer como otras veces, vamos a cortarles los caminos de ingreso a los almacenajes y las refinerías. Nuestra ubicación es estratégica; vamos a seguir hasta que haya un gran desabastecimiento; nos quedaremos hasta que les ‘duela’ nuestra presencia y otorguen lo que pedimos, no queremos más versos. Mosconi es uno de los municipios más ricos de la Argentina y acá nos cagamos de hambre. Esta es la herencia que nos dejó el gobierno entreguista de Menem.


PO: Pero ahora gobierna la Alianza…


‘Jipi’: Son la misma clase social, defienden los mismos intereses de las petroleras y las multinacionales. Sus intereses son sagrados, los de los trabajadores no valen nada.


PO: Entonces, ¿quién tiene que gobernar?


‘Jipi’: Los que producimos estas ganancias, nosotros. No somos plenamente conscientes, muchas veces, de la fuerza que tenemos; por eso, cuando cortamos la ruta y vemos sus debilidades, vuelven los ‘políticos’ a salvarles las papas con promesas que no cumplen.