Pocas horas después de concluidas las elecciones nacionales, el gobierno resolvió el despido de al menos trece trabajadores del Indec. Todos ellos activistas y, algunos, testigos en la causa que se sigue a los interventores. La enorme mayoría se desempeña en el área de medición de precios (IPC).

Los trece despidos son apenas ‘la punta del iceberg’. El gobierno ha dado inicio a una purga profunda del Instituto. Se propone barrer a los activistas y técnicos de la gestión anterior y ‘refundar’ un Indec a su medida. Esta es la finalidad del acto que impulsó UPCN el martes por un ‘nuevo Indec’. Las autoridades están ‘midiendo’ la capacidad de respuesta de los trabajadores. Si pasan estos despidos, irán por más.

El cuento del acta y la comisión tripartita

Esta ofensiva señala el fracaso de la 'comisión tripartita' y su defunción. Es la demostración contundente de que el acta fue firmada para ganar tiempo y patear la resolución del conflicto para después de las elecciones, es decir, en condiciones políticas diferentes.

Los trabajadores están pagando muy caro la entregada de Yasky y Miceli.

El gobierno no cumplió ninguno de sus supuestos compromisos mientras que la intervención siguió incorporando matones disfrazados de técnicos y elevando el nivel de los aprietes a los activistas y trabajadores. Durante este período la intervención ha ido creando un Indec paralelo con el ingreso de nuevo personal afín a UPCN y a la intervención. Un calco de lo que también ocurre en el Subte.

La ‘comisión’ prometió el desplazamiento de Paglieri; sin embargo, ella misma fue la que viajó a Estados Unidos para instruirse acerca de la metodología que pretenden emplear de acá en adelante. Las autoridades han desconocido a la nueva junta interna de ATE electa por los trabajadores.

Tregua verde

De nuevo los trabajadores dieron una respuesta contundente. El mismo día que se anunciaron los despidos se realizó una jornada de lucha con cortes de calle y actividades en la puerta del Instituto. El lunes se realizó ahí mismo un Plenario de Delegados de ATE de la Capital con el propósito de lanzar un plan de lucha de toda la seccional en respuesta a la ofensiva patronal.

La conducción verde de ATE, que había firmado el acta, trajo la novedad de la oposición de un sector del gobierno a los despidos y el pedido efectuado por Fernández de 48 hora s de tregua para solucionar el problema en el marco de la comisión. Esto sirvió ara que el mismo Pablo Micheli postergara el paro de ATE Capital hasta el jueves con la 'expectativa' de una resolución favorable.

Las divergencias y disputas entre Moreno y Fernández son reales. Pero lo cierto es que la lucha de los trabajadores ha sido el único método mediante el cual se ha avanzado en todo el proceso de la lucha. Ambas fracciones están comprometidas a fondo con la manipulación de los datos estadísticos y la intervención del Instituto. Los ‘blandos’ Fernández-Peyrano no plantean la expulsión de los matones, el fin de la intervención y la transparencia de los índices estadísticos.

Ellos o nosotros

Es hora de sacar algunas conclusiones. Las conducciónes de la CTA y de ATE nos han llevado a un pantano. Exigimos la convocatoria a un paro nacional contra los despidos y el fin de la intervención del Indec.

La conformación de un Indec paralelo plantea la necesidad de garantizar el paro con medidas extraordinarias, retomar los bloqueos y la toma del Instituto. Para eso es preciso ampliar el campo de los luchadores.

Tal como lo hemos hecho en el Plenario de Delegados de ATE, los estatales del Partido Obrero estamos en plena campaña por la conformación de un frente de organizaciones sociales, sindicales, estudiantiles y políticas que defiendan la autonomía del Indec y a sus trabajadores.

Vayamos al paro y movilización del jueves 8.