Los trabajadores de Indra-Azertia realizaron una huelga de cuatro días. Tras la pelea, lograron la devolución de sumas arrebatadas al básico, la posibilidad de elección de delegados y el compromiso del Ministerio de Trabajo de realizar gestiones en la Justicia para acelerar el pase a convenio gráfico. Además se estableció el cobro de los salarios caídos.

Los compañeros permanecieron durante los cuatro días de lucha en las puertas de la empresa. Movilizaron dos veces al Misterio de Trabajo y realizaron un festival, donde la solidaridad de clase se hizo presente con bandas, como la de los compañeros de la papelera Kimberly.

La patronal de Indra, repentinamente, bajó a todos los obreros a maestranza, la categoría más baja del convenio de comercio. Lo que significó la quita de 400 pesos del básico, que fueron a parar a una suma no “remunerativa”. Inmediatamente, los delegados elegidos por turno convocaron a una asamblea, votaron por unanimidad ir a la huelga hasta que se haga efectivo el pase a convenio gráfico.

Ubicada en las afueras de La Plata, la planta Indra-Azertia es una gráfica que imprime toda la facturación de Telefónica y Movistar del país. La patronal mantiene encuadrados a los 60 trabajadores bajo el convenio de comercio. Aunque claramente las inspecciones del Ministerio de Trabajo manifiestan que allí no se produce ninguna actividad mercantil.

Desde hace un año, los trabajadores comenzaron a organizarse para conquistar el pase al convenio que les corresponde. La respuesta de la patronal, luego de fuertes medidas de fuerza de estos jóvenes obreros, fue la de igualar los salarios al de los gráficos, pero sin cambiar el encuadramiento gremial. De esta manera, la patronal no sólo preserva básicos a la mitad del correspondiente, sino que también evita la representación sindical de los trabajadores.

Indra-Azertia forma parte de una larga historia vinculada con las prácticas negreras de Telefónica. Anteriormente, la impresión de toda la facturación de Telefónica/Movistar se realizaba en la planta Ciudadela de Telefónica, con trabajadores tercerizados (bajo el nombre “Promostar” y luego “Go Comunication”), que habían logrado el encuadramiento en el convenio telefónico. Las mejoras obtenidas y, sobre todo, el papel jugado por estos trabajadores en grandes luchas del gremio telefónico (reducción de la jornada de trabajo, salario e incluso tercerismo) llevaron a Telefónica a “deslocalizar” la impresión de su facturación, desparramando a los trabajadores de los “talleres Ciudadela” en otros edificios de Telefónica.

Se llevaron las máquinas y armaron una nueva planta de impresión mensual de su facturación (que es la base de la recaudación de Telefónica) para montar un nuevo ciclo de precarización laboral y tercerización, llamada Indra, fuera del ámbito de representación geográfica del Sindicato Telefónico.

Pero hoy la historia se está cobrando venganza, los nuevos trabajadores se han organizado y le están dando batalla a esta multinacional. La lucha contra la flexibilización y la tercerización laboral están a la orden del día.