A las 2 de la tarde del miércoles 27 de octubre, las tres plantas gráficas de Interpack, dos de ellas situadas en el oeste del Gran Buenos Aires y la tercera en La Rioja, pararon sus actividades en forma simultánea para realizar asambleas.

Semejante medida no es fácil de garantizar y menos todavía si tenemos en cuenta la oposición del Sindicato Gráfico. Agreguemos que la Comisión Interna de planta II de Buenos Aires, en conjunto, tampoco organizó el paro que se hizo con el impulso de la minoría.

La acción de lucha es un triunfo en sí misma. ¿Cómo pudieron llegar a algo así? Un riquísimo proceso de lucha y organización ha precedido esta acción. El sábado anterior, 155 compañeros en asamblea general conjunta de las dos plantas bonaerenses decidieron un reclamo de extras mal pagas y tomaron la iniciativa de parar.

En Interpack I existe una tradición de batallas contra la rebaja de premios y en defensa de compañeros represaliados. Además, se cambió por completo la dirección de fábrica dirigida durante 14 años por la burocracia ongarista.

Pero la sorpresa mayor para todos la dio planta II, que hizo la asamblea más larga, como consecuencia de que la base del taller aprovechó la oportunidad para pedir la renuncia de la interna y el adelantamiento de elecciones. Perdieron por poco margen, por falta de preparación. Sobre otros episodios extraordinarios de lucha daremos cuenta en los próximos números.

Los compañeros de las tres plantas se aprestan ahora a organizar una reunión conjunta que dé luz a una verdadera intersindical de todos los trabajadores de Interpack. La Naranja es entusiasta activista de este proceso político.