Sindicales

18/7/1996|503

Informe desde ACINDAR

Acindar tiene un plan para seguir tercerizando y cerrar una planta durante este año. Después de la huelga de 1991, la patronal comenzó a tercerizar, primero con almacenes y playa de materiales, y los que trabajaban allí fueron redistribuidos. La empresa que tomó estos sectores trajo su gente con salarios un 50% inferiores en relación a salarios que se cobraban y peores condiciones de trabajo. El plan ahora es tercerizar Refractario, Chapero, Laboratorio Electrónico, Movimiento de Planta Alambre y Movimiento Ferroviario. Estas secciones involucran a 250 operarios, 96 de los cuales están a punto de jubilarse y 159 serán sometidos a la tercerización.


El caso de Refractario es estratégico para la patronal, porque es la sección más numerosa y si para en caso de conflicto, para toda la planta. Acindar tiene el objetivo de tercerizar hasta quedarse con 400 operarios, la sexta parte de su personal.


Otro posible conflicto es el cierre de la planta de acero en caliente, donde trabajan 150 obreros contratados. La burocracia de la UOM (Piccinini) dice que está garantizado el 80% de la fuente de trabajo, porque la planta la llevarían a Metcon, pero para el activismo la inmensa mayoría quedará en la calle.


La conducción de la UOM Villa está, como se sabe, en manos del CTA. Un sector del activismo  ha tenido una evolución. Durante la huelga pensaban que Piccinini era mejor que Lorenzo, ahora piensan al revés —“por lo menos sabés que Lorenzo te va a cagar, en cambio el cabezón aparece como combativo y te traiciona igual”. Hubo un hecho que todos toman como punto de referencia, la asamblea en la que se discutió la implementación del ticket canasta. Todo el mundo estaba en contra y Paulón (segundo de Piccinini) hizo votar tres veces hasta que salió. Con la aceptación del ticket se votó una nueva vuelta de tuerca en la flexibilización laboral.


La oposición a la actual dirección es la lista Gris, un desprendimiento de la oficialista Marrón. Entre los obreros de Acindar existe la convicción de que rompieron con Piccinini por un problema de cargos, tiene la ‘protección’ de Malugani, el intendente justicialista de Villa, y no ha fijado posición frente a la tercerización, el cierre de planta, el convenio Fiat-Smata. Su política es la ‘convivencia’ con todos.


El PO ha retomado la actividad en Villa a través de la campaña contra el convenio Fiat  y de la unidad de ésta con las suscripciones.