Judiciales de Buenos Aires: un acuerdo por debajo de una enorme huelga

Luego de más de cien días de lucha, la paritaria de los trabajadores judiciales cerró en un 32,5% en cuotas cifra que, anualizada, teniendo en cuenta el básico de diciembre, da en realidad un 25,11 por ciento. Además, se acordó “reabrirla” en agosto, como una concesión a la potencia de la lucha

Judiciales en Lucha, provincia de Buenos Aires


Luego de más de cien días de lucha, la paritaria de los trabajadores judiciales cerró en un 32,5% en cuotas cifra que, anualizada, teniendo en cuenta el básico de diciembre, da en realidad un 25,11 por ciento. Además, se acordó “reabrirla” en agosto, como una concesión a la potencia de la lucha.


Se trató de una huelga persistente que ganó las calles de la ciudad de Buenos Aires y la capital provincial, con masivas movilizaciones de 2.500 a 4.500 trabajadores.


La huelga provocó una crisis en el ámbito de la Justicia, el Colegio de Abogados y el de Magistrados y amenazaron con la intervención federal y el descuento de los días parados. Al gobierno de Vidal le costó en parte la renuncia de su ministro de Justicia, Carlos Mahiques, quien fue reemplazado por un ex funcionario sciolista. 


Los paros fueron, primero de 24 horas, luego de 48, de 72 y, la última semana, se impusieron los de 92 horas, a pesar de la negativa de la conducción de la Asociación Judicial Bonaerense (AJB), a transformarlo en un paro por tiempo indefinido como lo reclamaron las bases en su congreso extraordinario, realizado en la mitad del plan de lucha. 


La conducción de la AJB (Verde-Celeste) muy presurosa, el martes 31 de mayo, fue a las asambleas departamentales a hacer refrendar su decisión, ya tomada bajo la presión de la Corte y de todo el gobierno provincial.


Pero no todas las asambleas se pronunciaron a favor. En Lomas de Zamora, La Matanza, y Avellaneda el acuerdo fue rechazado y en muchos otros distritos se escucharon las voces de cientos de judiciales manifestando una enorme voluntad de lucha. Aun allí donde se aceptó, los votos por el rechazo fueron muy significativos. En la asamblea de La Plata, por ejemplo, de algo más de 600 trabajadores, 198 votaron el rechazo.


Se trata de una huelga que fue ejemplar, de la que debemos hacer un balance. La política de la conducción fue jugar a un desgaste. La lucha judicial fue creciendo paulatinamente, con ocupaciones de juzgados incluidos. Por esa razón, en el Congreso Extraordinario la base de los trabajadores judiciales le reclamó a la conducción de la AJB la extensión de las medidas, sobrepasar las 72 horas y escalonarlas hasta que fueran por tiempo indefinido. Pero la conducción maniobró las votaciones para seguir tercamente desgatando el conflicto, en un acuerdo tácito con la “gobernabilidad” de Vidal.


A esta situación se le sumaron las conducciones de todos los gremios de trabajadores del Estado, desde Suteba hasta ATE, que se negaron a unificar un plan de lucha provincial y a convocar a un gran paro provincial de todos los trabajadores de la Provincia. Esto fue también un factor que fue socavando la lucha por el 45% de aumento.


Hay un enorme activismo entre los judiciales, en agosto tendremos que retomar la pelea por una verdadera reapertura de la paritaria, para ir por el 45 por ciento. Hay que poner en pie los cuerpos de delegados en cada departamental, para avanzar en la organización de todo este activismo y construir una nueva dirección clasista en la AJB, independiente de todas las variantes patronales que aplican el ajuste en la Nación y en las provincias. 


¡Vamos por cuerpos de delegados en todas las departamentales!