Sindicales

24/9/2009|1101

Juguemos todo para la victoria de esta huelga

Cuando transcurre la quinta semana de huelga general, la lucha de los obreros de Terrabusi se ha colocado en los primeros planos de la situación política. Su desenlace marcará la cancha de los futuros enfrentamientos entre los trabajadores, por un lado, y la patronal argentina, el gobierno kirchnerista y sus burocracias sindicales, por el otro. Tenemos que jugarnos más allá de nuestras fuerzas por su victoria.

El llamado de la Unión Industrial en pleno a “despejar” la planta con la infantería, muestra una línea de la burguesía, que busca explotar a fondo el forzado alineamiento del gobierno con el FMI.

Sin embargo, la presencia de la Infantería en el interior de la planta, los intentos sistemáticos de retomar la producción mediante los capataces, el no pago de los salarios a los despedidos en todo el período de conciliación, la penalización de un miembro de la comisión interna, la presencia de una fiscal y por último el no pago de gran parte de la quincena a la masa de la fábrica, han sido contrarrestadas mediante la lucha y el apoyo de numerosas organizaciones y militantes.

El lunes 21, el corte de panamericana duró ocho horas, con una elevada participación de obreros del interior de la planta, que enarbolaron sus recibos de sueldos. Los obreros de la sección chocolates pusieron en retirada a la burocracia de Daer y a los “líderes” que intentaron reanudar la producción. Se suceden las movilizaciones y cortes en distintos puntos, incluso del interior del país. Los obreros del Subte, en cada uno de sus paros progresivos por el reconocimiento del nuevo sindicato, declararon su apoyo a la lucha en Kraft.

La huelga se desarrolla sobre sus propios hombros, desde la ocupación de la planta por los despedidos, desde el paro absolutamente general de cada turno que ingresa y, crecientemente, como un punto de referencia de cuerpos de delegados de la zona norte, de la carne, de la pintura y del plástico; de metalúrgicas de San Martín, al igual que el Suteba Escobar, el activismo del Suteba Sarmiento. El fondo de huelga se extiende a las facultades y sectores de trabajo de la mano de agrupaciones antiburocráticas y centros de estudiantes de izquierda.
El martes 22, en radio Mitre, Moyano realizó el más brutal de los ataques a una huelga obrera. Dijo que “acá no se juegan reivindicaciones obreras”, que es “lo mismo que el casino, donde activistas de izquierda buscaban suculentas indemnizaciones”, “después que nosotros les habíamos conseguido la propina”.

La referencia al Casino no es casual. Moyano está buscando homogeneizar filas junto a Daer, junto a la Unión Industrial y al ministerio de Tomada, para quebrar justamente la más formidable huelga en defensa de una organización independiente, precisamente desde la gran huelga del Casino, que estalló por el mismo motivo: defender el Cuerpo de Delegados y el activismo contra el ataque armado por la burocracia del sindicato y la patronal. Ya vemos que los “nacionales y populares” no sólo fueron capaces de apoyar una masacre social antiobrera del kirchnerista Cristóbal López, sino, ahora, también de la multinacional Kraft, que opera abiertamente a la cabeza del golpe en Honduras.

La corriente político-sindical de Moyano, jaqueada por el caso Zanola, que compromete a varias de las fracciones de la CGT, y por la posible inscripción del sindicato del subte, juega a fondo con un referente histórico de los “gordos” como Daer. Está en juego el poder de la burocracia de los sindicatos, con sus cajas negras y con su monopolio de “interlocutor” con el Estado.

Moyano, en la misma entrevista, acusó los trabajadores del Casino de pedir “cosas imposibles”, como salubridad, control obrero de las propinas y convenio colectivo propio. En la huelga de Terrabusi se juega la flexibilidad laboral, que es la viga maestra de los capitalistas para salir de la crisis mundial. Por eso quieren liquidar a la organización sindical de la fábrica –lo cual le permitiría a la patronal reducir el plantel de 700 compañeros– conquistada en los últimos años, aumentar los ritmos de producción, imponer un régimen de turno americano, o sea dos turnos, que liquidaría el tercero de la noche.

Los compañeros del gremio de empleados de comercio informan que cada vez se hace más difícil llenar las góndolas con productos de Kraft. La patronal tendió una mesa de negociación que luego levantó porque los trabajadores profundizaron las medidas ante el no pago de los días finales de la conciliación a la masa de huelguistas. Pero, por sobre todo, para reafirmar la estrategia de convertir al conflicto en un asunto de Estado para el gobierno, la burguesía y la burocracia sindical.

La huelga de Terrabusi se ha puesto a la cabeza de una tendencia de la clase obrera: enfrentar los despidos y sacarse de encima la burocracia sindical. Resulta notable la completa ausencia de la CTA en esta huelga estratégica, como en los paros y movilizaciones del subte. La posición de la CTA en el asunto de la ley de medios la muestra fuertemente emblocada con el kirchnerismo. Llamamos a los cuerpos de delegados y seccionales combativas de la CTA y de la CGT a pronunciarse, solidarizarse y movilizarse por la huelga de Terrabusi.

Hagamos crecer el cordón de apoyo a la huelga en las puertas de Kraft/Terrabusi, con cientos de carpas y una gigantesca olla popular. Impulsemos movilizaciones y cortes solidarios en todo el país. Organicemos más piquetes para defender la huelga. Por un paro activo en las empresas de la alimentación. Organicemos una marcha a Plaza de Mayo.