Al cierre de esta edición, 200 gendarmes estaban reprimiendo a familias de zafreros desocupados que habían cortado la Ruta 34, a la altura del Ingenio Ledesma, en Jujuy. La represión provocó heridas a más de 50 personas, entre ellas, mujeres y niños. Como respuesta a la agresión, 1.500 vecinos se sumaron al corte de ruta.

El corte fue impulsado por el Centro de Desocupados del departamento de General San Martín. La Ruta 34 comunica con Salta, hacia el sur, y con Bolivia, hacia el norte.

Es indudable que la gendarmería fue enviada para anticiparse al inicio de una nueva pueblada; en el norte jujeño, la desocupación supera el 70 por ciento, por lo que a los encuestadores les resulta más rápido computar a la población que tiene trabajo.

Reclamamos a la CGT que declare una huelga nacional, en cumplimiento con las afirmaciones de Daer de que la central obrera saldría a la lucha si había represión.

El mismo martes 20, la famosa policía de Duhalde desató una salvaje represión contra trabajadores ambulantes, que transformó al centro de La Plata en un campo de batalla. La solidaridad de los estudiantes universitarios con los trabajadores, motivó la invasión de las facultades por los Prellezos y Camerattas. La represión ordenada por el intendente, no esconde su defensa de los intereses de los grandes comercios de la ciudad y el deseo de control de la venta ambulante por parte del aparato justicialista de Eduardo Duhalde.

El día anterior, una vigorosa manifestación lucifuercista, en Mendoza, fue impedida de ingresar a la Legislatura para protestar contra la privatización de la empresa provincia de energía. Los trabajadores defendían sus más elementales derechos, esto porque la privatización liquidará sus conquistas laborales y porque el parlamento esta obligado a permitir que sus sesiones sean presenciadas por la ciudadanía.

La desintegración de la etapa menemista está a la vista. El carácter de la nueva etapa depende de que los trabajadores intervengan con una política propia en ponerle fin a la actual.