Sindicales

12/7/2012|1230

La AGD-UBA vuelve al Rectorado contra las cesantías

Secretaria gremial de AGD-UBA

Una de las aristas de la “sintonía” fina en la UBA es la resolución del rector K, Hallú, de cesantear a docentes que cumplen los 65 años, negándose así a respetar la Ley Jubilatoria Nacional, que habilita a todo docente a optar por seguir en sus funciones hasta los 70 años.


Ganamos una primera batalla cuando conseguimos extender todos los contratos hasta el 31 de julio. Ahora vamos por una nueva extensión hasta el 31 de marzo de 2013, lo que nos da tiempo mientras la Justicia se expide acerca de las medidas cautelares presentadas. Por eso, la AGD -junto a la Fuba y sus centros de estudiantes combativos- y la comisión de docentes afectados, han mantenido a lo largo del cuatrimestre una enorme campaña con actos masivos -como el desarrollado en la Facultad de Sociales-, con salidas en todos los medios de prensa y radios y con una fuerte presión en todos los consejos directivos, para que se pronuncien. Nos movilizamos el 4 de julio al rectorado; y volvemos el 11.


Las vallas que rodean al rectorado no sólo son el símbolo de su resguardo frente a los que sufren la política del ajuste. Expresan también la imposibilidad que tienen de poder funcionar de otra manera, con una forma de gobierno basada en estatutos antidemocráticos, que cada vez más privilegian intereses de casta -privatización y mercantilización incluidas- a los de la comunidad universitaria. Así lo demuestran en este conflicto, cuando prefieren cortar la cabeza de quienes están al frente de investigaciones y de proyectos académicos que se vienen desarrollando desde hace tiempo, con tal de liberar fondos para nuevos cargos, comprando futuros votos que los ayuden a mantenerse en el poder de la universidad.


Otra de las caras de la “sintonía fina” son los ad honorem, que se acrecientan día a día. Esto constituye uno de los grandes temas que encarará la dirección naranja en la AGD-UBA, durante el segundo cuatrimestre.


Debido a esto, más que nunca se muestra como única salida lo que planteamos en la reciente elección de la AGD: sólo con la organización de los docentes en su sindicato clasista, y de los estudiantes en la combativa Fuba, con un programa de defensa de los derechos docentes, no docentes y estudiantiles y manteniendo la independencia de las autoridades y su Ministerio podremos poner límites y terminar con estas camarillas que están destruyendo nuestra universidad.