Sindicales

29/6/2006|951

La agenda de los trabajadores de Perfil

de La Naranja de Prensa


Dos asambleas masivas de los periodistas de Editorial Perfil votaron el reclamo de un aumento salarial y la modificación de las condiciones de trabajo.


 


El Día del Periodista (día no laborable que Perfil se niega a reconocer desde que fue eliminado por la dictadura), la Comisión Gremial Interna convocó a la primera asamblea general conjunta de los trabajadores de las revistas y del diario. Centenares de compañeros invadieron las redacciones del piso octavo y durante tres horas paralizaron la empresa. De la asamblea surgió un pliego de reivindicaciones: salario mínimo de 1.800 pesos; igual salario por igual tarea; reconocimiento de nuestro día; aumento en el pago de la guardería y de los tickets; reconocimiento integral del Estatuto y del Convenio de Prensa.


 


Desde mediados del año pasado Perfil saca un periódico dominical, que se edita en el mismo edificio, pero bajo otra razón social. Los periodistas que ingresaron a esta publicación tuvieron que firmar un contrato individual, que los obliga a trabajar dos horas más por día con salarios un 40% menores a los que se ganan en la editorial. En sectores como Scanner los trabajadores del semanario realizan tareas indistintas para éste y la editorial. Durante este tiempo, fue madurando la convicción de que los salarios y las condiciones laborales impuestas en el periódico eran un tope definitivo a cualquier aspiración o mejora social para los trabajadores de toda la editorial. Fue creciendo así la comprensión de la necesidad de una lucha común. Las comisiones internas de prensa y de gráficos (de la planta de Barracas) organizaron encuentros en común para analizar los problemas planteados.


 


Lavagna y Kirchner


 


Con anterioridad a la asamblea del Día del Periodista, la empresa sacó un comunicado en el que informaba que no iba a otorgar ningún aumento salarial. Luego, ante la masividad de la asamblea, anunció un aumento del 5% para julio (a principios de año había otorgado un 12%), desconociendo el resto del petitorio.


 


Una asamblea general rechazó el planteo patronal.


 


Fue ahí que la pelea Kirchner-Lavagna se metió con todo en el conflicto. Aparecieron miles de afiches sábanas (¡a cuatro colores!) pegados en la ciudad de Buenos Aires, que no eran de la Comisión Interna de Perfil, pero que reproducían un comunicado suyo. Ocurre que la patronal de Perfil milita en el bando patronal rival al de Kirchner. Un ala del gobierno decidía de este modo ‘devolver gentilezas’ a los capitalistas que apoyan a Lavagna, popularizando el reclamo gremial.


 


El rechazo de los trabajadores a la contraoferta patronal y la mano de Dios de alguna usina K obligaron a la empresa a reacomodarse. Ante la inminencia de una nueva asamblea general, convocada para tomar medidas de acción, pidió un plazo de 48 horas para mejorar su propuesta.