Sindicales

21/10/2010|1151

La burocracia de Ongaro destruyó la obra social

La dirección del sindicato está ocultando al conjunto del gremio -y a los propios trabajadores de la clínica central- la gravísima situación a la que ha llevado a la obra social gráfica.

La magnitud de la crisis es tal que acaban de despedir al presidente del Consejo Directivo (el segundo en sólo dos años) y poco después renunció el director médico. Ya se evalúa incluso una posible convocatoria de acreedores.

La deuda ronda los 39 millones de pesos (deuda que además se incrementa a razón de un millón de pesos por mes), lo que coloca a la OSPG al borde de la cesación de pagos y de su virtual quiebra.

Las demoras para obtener turnos, la imposición de medicamentos genéricos, la postergación de operaciones, la eliminación de farmacias y de clínicas zonales por falta de pago, los recortes de personal médico y de enfermeros (y, paralelamente, el aumento de personal de seguridad para “cuidarse” de las continuas quejas de los afiliados) son la cara visible del desastre.

Un “comité de crisis” que es una estafa más

En reemplazo del Consejo se constituyó una especie de “comité de crisis o de emergencia”, integrado por doce miembros entre los que se cuentan las cabezas de las fracciones entre las que hoy se divide la directiva ongarista.

La misión de este comité es ejecutar un plan de salvataje consistente en profundizar el ajuste que ya venimos sufriendo: despedir más empleados, limitar las prestaciones, elevar los coseguros y reducir los descuentos de medicamentos. Es claro que semejante plan sólo agravará la situación y pondrá en serio peligro la continuidad de la obra social, el empleo de cientos de compañeros y la atención de la salud de miles de gráficos, activos y jubilados.

El “comité de crisis” tiene otra función: encubrir el desfalco realizado por las sucesivas gestiones de las que todos han sido parte.

Una medida imprescindible para salvar a la OSPG es terminar con el manejo inconsulto que se hace de un bien que es de todos los gráficos y no de un puñado de dirigentes.

Una campaña en la base del gremio

La Naranja propone autoconvocar a un plenario delegados para debatir y resolver un plan de acción que, a su vez, sea sometido a una asamblea general de afiliados; reemplazar el actual comité de crisis por un nuevo Consejo Directivo elegido democráticamente por todos los gráficos a partir de propuestas y no de pujas y compromisos; abrir los libros y examinar la documentación de las deudas, estableciendo qué pasó con los ingresos de los últimos años.

El personal de enfermeros, médicos y profesionales de la obra social debe ser cuidado y se deben preservar sus derechos por la salud de nuestras familias.

No hay plan de salvataje posible si lo que se pretende es un ajuste sobre las mismas bases que llevaron a la bancarrota actual.

¡Que la crisis de la OSPG la paguen los responsables: la patronal evasora y los que dilapidaron el patrimonio de todos los gráficos!

Proponemos abrir urgente el debate entre todos los gráficos -y, en particular, los delegados- para impulsar una salida que rescate a nuestra obra social de la bancarrota económica y a nuestro sindicato de la bancarrota gremial. Una cosa no se resuelve sin la otra.