Sindicales

12/4/2012|1217

La burocracia está entregando las paritarias

En esta edición se puede ver la huelga en la gráfica Cedinsa por 1.000 pesos de aumento; la lucha salarial en el Veladero, por 40%; el bloqueo de Siderar La Plata, por el 35% al bolsillo; el paro general de la Afip, que no tuvo aumento el año pasado; el reclamo de una sección interna de Siderca; el paro general de 48 horas de Conadu Histórica, más los paros de los judiciales bonaerenses. Los periodistas han impuesto una paritaria después de años y realizan distintas medidas de fuerza -incluso en el inexpugnable Clarín.

Ocurre que la burocracia sindical, en cambio, baila alrededor de los topes que combinaron la UIA y el gobierno. A la entregada de Yasky por el 20%, le ha seguido la de UPCN por un importe similar. Otra paritaria decisiva ha sido la de UTA, donde Fernández -sin más ni más- firmó en un 18%, que él presentó por un período de seis meses. Pero el ministro Tomada se ocupó de desmentirlo y extenderlo a un año, en un detallado comunicado. Esta paritaria pretende marcar un rumbo a los ferroviarios, al subte y, a su turno, a camioneros.

En Córdoba hay, en este momento, un movimiento por abajo en contra del 18% firmado por Fernández.

La UOM y La Bancaria están escribiendo otros capítulos importantes de esta ronda de paritarias. La patronal metalúrgica ofreció un 15%. Recién después de eso, Caló puso en 4.000 pesos el reclamo para el operario general. No es nada, porque hoy -con las cuotas de enero, febrero y marzo- está en 3.500 pesos. Como en Siderar La Plata, hay que ir por 5.000 pesos de básico. Todo indica que Caló ofrecerá al gobierno el tributo de un aumento en cuotas de un 18 a un 20% en promedio. Que no se firme nada sin debate en asambleas y congresos seccionales.

Bancarios ha planteado el 25% (así como el reparto de ganancias), pero el piso del impuesto a las ganancias se llevaría gran parte del aumento. Por otro lado, la burocracia de la Afip, obligada a un paro nacional por la presión de las bases del interior, no estableció un monto de reclamo, aunque se dice que está dispuesta a aceptar un 20%.

La conclusión que se desprende de todo esto es que el gobierno está imponiendo su política en las paritarias, con el concurso de la burocracia sindical (incluida la que posa de ‘crítica’, como la UTA). ¿Logrará entonces atravesar ‘airoso’ uno de los principales desafíos que enfrenta este año?

Todavía no se han firmado paritarias fundamentales -como, por ejemplo, las de alimentación, petroleros o camioneros. Por otro lado, el gobierno está ‘aguantando’ el tarifazo hasta el pasaje completo de la ronda de negociaciones laborales. El impuesto a las ganancias empezará a comerse gran parte de los pseudoaumentos que la burocracia está firmando. De todos modos, la advertencia está a la vista: las patronales están imponiendo su política. El gobierno esgrime esta ‘victoria’ como su principal carta de salvataje en medio de la feroz crisis política que lo aqueja. En estas condiciones, marcha a un ‘Congreso’ de la CGT que resuelva la crisis con Moyano a favor del gobierno. La primera ronda de paritarias debe servir de lección al activismo: necesitamos organizar un plan de intervención de los delegados y la base, por medio de reuniones y plenarios, para impulsar un aumento del 30% y un básico que cubra el costo de la canasta familiar, como así también para que no se firme ningún convenio sin asamblea.