Sindicales

11/8/2011|1189

Elecciones ATE 2011: La burocracia se descompone y el clasismo avanza

Los resultados oficiales definitivos de la elección de la Asociación de Trabajadores del Estado, como es costumbre, se conocerán recién una semana después de los comicios. La junta electoral -oficialismo- se ha negado categóricamente a otorgar a los apoderados de la oposición los resultados provisorios. Sí han exigido la firma del acta de cierre de la elección, donde se lee que “la elección se desarrolló en completa normalidad y transparencia” y, a renglón seguido, “la suspensión de la elección provincial en Formosa por disturbios” entre las listas participantes.

La Verde, sin embargo, ya ha anunciado sus resultados generales, que adjudican a La Bermellón, primero, un 10% que luego baja al 9%. Ella se anota un 90%, haciendo caso omiso a los votos en blanco (la fracción Azul, kirchnerista, no presentó lista nacional y, en la provincia de Buenos Aires y en la Capital Federal, rondó el 18%). La oposición fue sistemáticamente impedida de ejercer sus derechos de fiscalización.

Allí donde la Bermellón pudo desenvolver una fiscalización y un control, los resultados son bien distintos a los presentados por la conducción Verde.

La participación de los afiliados fue minoritaria: ellos mismos aluden una votación del 50% del padrón, pero, en realidad, apenas superó el 30% de los afiliados en una clara demostración de la nula vida gremial de ATE. El contraste con la participación de los trabajadores en las luchas de sus lugares de trabajo no puede ser más grande.

Los sectores más dinámicos y combativos de la vida gremial -como por ejemplo las juntas recuperadas de La Plata, donde hubo paros de 44 días con una gran participación de los trabajadores- apoyaron en forma masiva a la Bermellón, lo que permitió un resultado muy alto en La Plata, con más de un 20%.

En la Capital Federal, la Bermellón consiguió un 11% de los votos (que sube al doble allí donde se garantizó la fiscalización). La Bermellón ganó por casi el 100% de los votos en el hospital Garrahan, en el Teatro Colón y en el INCAA; ganó por más de 50% en el Ministerio de Trabajo, por apenas dos votos no ganó en el emblemático Indec, se impuso en una sede del Conicet, en dependencias de Cultura y se desarrolló fuertemente en otras dependencias donde ha hecho pie recientemente (CNC, Mecon, Inaes, Malbrán, etc.). Un dato concluyente es el triunfo de La Bermellón en desarrollo social de la Ciudad de Buenos Aires, la sede de “Pitu” Rodríguez, el electo secretario general adjunto y representante de la “renovación” de la Verde en Capital.

Las seccionales recuperadas de ATE Sur ratificaron masivamente su mandato, con votaciones para La Bermellón del 90 y del 65%.

En Neuquén, Santa Fe, Santa Cruz y el resto del país la tendencia fue la misma: la oposición ratificó su hegemonía en las sedes en las que dirige y logró, además, capitalizar un descontento entre el activismo de base.

En relación con las elecciones de hace cuatro años, La Bermellón logró conquistar más votos que la Multicolor y la Roja y Negra que se presentaron divididas en esa oportunidad. El pasaje del PCR y del MST a las filas de la burocracia Verde no le ha sumado votos.

ATE está en una encrucijada. El resultado de la elección marca una conclusión: mientras la política de parálisis y el fraccionamiento de la directiva lleva al retroceso, el reagrupamiento de los sectores combativos desarrolla una alternativa, clasista e independiente, vinculada estrechamente a las luchas de los estatales.

En esta nota