Sindicales

5/6/1997|542

La campaña de la Lista Rosa

Culminada la fase de la presentación de listas, hemos entrado de lleno en la campaña electoral. Antes de abordar este punto, importa destacar que los avales conseguidos en ciertos distritos son toda una señal política. El hecho más relevante, con seguridad, es el de La Matanza, en la seccional con mayor caudal de afiliados, donde la Rosa-Azul y Blanca aventajó a la Celeste.


El otro dato es que se ha estructurado una oposición en distritos donde tradicionalmente la burocracia ejercía un virtual monopolio (Lanús, Olavarría).


La primera etapa de la campaña, revela el acierto de la consigna PARA QUE SUTEBA VUELVA A SER UN SINDICATO. En las escuelas se tropieza con el vaciamiento provocado por la política de la burocracia, el desinterés y alejamiento que existe en los afiliados respecto al sindicato, y no hablemos de la masa del gremio. Se llega al extremo que Suteba reaparece por primera vez después de largos meses, y hasta años, a partir de la presencia de la Rosa (ver artículo sobre Lanús). Las raquíticas asambleas llamadas por Suteba para aprobar “un plan de acción”, son un testimonio de ese fenómeno.


La propuesta de “volver a tener un sindicato” empalma con la necesidad imperiosa de contar con un instrumento de defensa de la docencia frente a los incesantes ataques del gobierno. El clima de inquietud reinante en las escuelas sale a la superficie cuando compañeros de la Rosa se hacen presentes y empiezan a llover los reclamos, que en la actualidad no encuentran ninguna vía de canalización: el salario, las condiciones de trabajo, los cambios curriculares y de la estructura escolar, la continuidad laboral amenazada por la reforma educativa.


En este marco de extremo malestar y preocupación, la existencia de una alternativa combativa a la burocracia, con su presencia en las escuelas, ha despertado una corriente de interés. Esto se refleja en la cantidad de compañeros que se vienen anotando para ser fiscales y que toman en sus manos la distribución de los materiales.


Las listas combativas seccionales han tomado diversas iniciativas.


Se vienen de realizar reuniones de lanzamiento de la campaña, donde se precisaron los ejes de la misma, se tomaron resoluciones sobre la propaganda, con salida de afiches y materiales locales —que se han difundido en el curso de esta semana— y se planificó cuidadosamente la visita de decenas de escuelas en cada jurisdicción. Pero a la par de ello, se han puesto en marcha iniciativas más generales: la lista Verde-Rosa de Ensenada acaba de organizar una “Clase publica” denunciando de la‘reforma educativa’, que se convirtió en todo un acontecimiento político en el distrito; en Morón, los miembros de la oposición, nucleada en la lista Amarilla, tuvieron un peso determinante en la concentración del distrito, a raíz del malestar generado por las mal llamadas “jornadas de perfeccionamiento”.


De todos modos, resta un gran trecho por recorrer y vacíos por superar. El más importante es que las corrientes que integran la Rosa, tanto a nivel seccional como principalmente provincial, no han elaborado en común un plan de intervención. Todavía se está a tiempo de corregir los vicios del pasado, donde la Rosa no pasó de ser —y con suerte— una ‘cooperativa electoral’.


Una de las grandes tareas, a la luz de los primeros indicadores y resultados que arroja la campaña electoral, es integrar y lograr darle un rol activo a la franja de maestros más inquietos y con mayor predisposición a la acción, ya sean afiliados o no afiliados. La participación igualitaria de los docentes en las listas seccionales ya es todo un programa y un señalamiento por anticipado de la reorganización que la oposición llevará adelante en caso de ganar el sindicato.