Sindicales

26/2/2015|1352

La campaña de La Naranja, en la recta final


Habiendo instalado la lista en todas las líneas, con las recorridas de los candidatos y los debates en los cuartos de tráfico y en las estaciones y gran parte de los talleres, la campaña de La Naranja entra en la recta final de tres semanas hasta la elección del 19 de marzo. 


 


Un concurrido plenario de la lista resolvió pasar al trabajo sistemático por ganar el voto y acercar nuevos compañeros a la actividad. Varias intervenciones subrayaron la necesidad de apuntar a metas de crecimiento de la oposición clasista que vayan más allá de la elección. La posición está basada en que La Naranja es la única lista políticamente independiente, porque la Bordó-Violeta, que integra el PTS, fue constituida a la medida de las exigencias de un sector arribista, anticlasista, que, recientemente escindido del pianellismo, conserva las concepciones y los métodos del mismo.


 


En esta etapa de la campaña jugarán un papel destacado las posiciones específicas de La Naranja, tanto sobre sectores de trabajo, como las cartas de compañeros independientes (acercados a la construcción de la lista), dirigidas a sus compañeros de muchos años. 


 


Es el caso de Karina Díaz, candidata a secretaria de Organización, veterana de las luchas del subte, que explica por qué le resultó determinante en su postura, el método antidemocrático de constitución de la Bordó-Violeta (del PTS y el ex pianellista Mastandrea). O la carta de Eduardo Heredia, candidato a secretario de Cultura, que viene del pianellismo y refiere públicamente cómo la directiva actual abandonó la lucha de los trabajadores, con la consecuencia del deterioro salarial permanente y el abandono de los conflictos de los distintos sectores a su suerte.


 


Son herramientas de propaganda que se agregan a la carta de Charly Pérez, que está circulando en los talleres, y el compromiso de La Naranja con la lucha de los trabajadores de estaciones, que se originó en un debate con boleteros de la Línea A.


 


El plenario dio gran importancia en el debate a que La Naranja fije posición sobre el salario y la paritaria, ya que se viene de un fin de año donde la UTA firmó ante la pasividad de la conducción pianellista, un bono miserable de 1.250 pesos y un adelanto a cuenta de convenios, que para las categorías más bajas no llega a los 500. El extremo bochornoso fue que la conducción levantó, a espaldas del cuerpo de delegados, un plan de lucha de paros rotativos a cambio de una reunión con Capitanich, de donde salió con las manos vacías.


 


Este debate, aparte de su actualidad, pega en el centro de la política de la conducción, que se caracterizó por ir a la rastra de la UTA y de su amigo Tomada, no sólo en el tema salarial, sino en dejar que se cajonee por seis años el reconocimiento de la personería de la AGTSyP. 


 


La constitución de equipos de trabajo por línea, para ganar el voto y para incorporar a La Naranja a nuevos trabajadores que han vivido la experiencia del fracaso de esta directiva, fueron resoluciones del plenario, además de convocar un nuevo gran plenario abierto para el sábado 28.