Sindicales

23/8/2001|718

La conciliación obligatoria es una truchada

Defendamos el paro por tiempo indeterminado . Asambleas resolutivas y elección de comintés de enlace

El paro por tiempo indeterminado que se resolvió en la provincia responde a las tendencias profundas que anidan en el conjunto del gremio. Las mociones ya estaban presentes la semana pasada y se extendieron y multiplicaron en los distritos, desbordando la capacidad de manipulación de la burocracia. Arrastraron a numerosas localidades del interior de la provincia. La decisión de la FEB de “adelantarse” y lanzar el paro por tiempo indeterminado por su cuenta terminó por quitarle a Yasky su ya estrecho campo de maniobra.


El motor de esta imponente movilización huelguística es la conciencia cada vez más extendida de la base docente de que estamos frente a una lucha decisiva.


¿En qué anda?


Pero no todo lo que brilla es oro. La burocracia se ha reservado algunas cartas.


Existe, en primer lugar, una deliberada omisión sobre el programa del paro. La consulta que se giró a las escuelas conteniendo las diferentes opciones de lucha no especifica cuáles son los reclamos. En lugar de ello, hay una referencia genérica contra el ajuste y los patacones. Semejante incertidumbre no ha pasado desapercibida: ciertos medios de prensa se apresuraron a informar que el paro continuará hasta cobrar el mes de julio y lo que resta del aguinaldo, e incluso deslizan que se aceptaría el cobro en patacones.


En segundo lugar, la consulta circunscribe los alcances de la resolución a la semana del 21 al 25 de agosto. En otras palabras, el paro no es indeterminado.


La carta más importante que se han guardado Yasqui y Cía es el método de la consulta en sustitución de Asambleas soberanas. El objetivo es atomizar a los docentes. La burocracia se reserva para sí la unificación y centralización de los mandatos.


La conciliación debe ser rechazada


Frente al decreto de conciliación obligatoria, la dirección de Suteba llamaría a una consulta, trasladán dole toda la presión intimidatoria del Estado y la responsabilidad de una decisión sobre los propios docentes. No hay nada que consultar, una dirección sindical que se precie de tal debe rechazar la conciliación. Si por “conciliación ” se entiende retrotraer la situación al momento anterior al comienzo del conflicto, lo que correspondería, antes que nada, es derogar el ajuste, que es la medida que origina la huelga.


Es, por lo tanto, fundada la desconfianza de la base docente en la burocracia que ha llegado a esta instancia crucial forzada por las circunstancias.


Qué hacer


Partiendo de las observaciones expuestas, proponemos trazar un programa de acción:


1) Fijar con claridad los reclamos: no al recorte ni a los patacones. Que el sueldo se pague en pesos y sin descuentos. Paro por tiempo indeterminado hasta la derogación del ajuste. 2) Rechazar y desconocer la conciliación obligatoria. 3) Asambleas soberanas, resolutivas y permanentes. Las asambleas distritales deben funcionar en forma periódica sin distinciones entre afiliados y no afiliados, ni de sindicato. 4) Conformar comités de enlace, coordinadoras interescuela que funcionen como verdaderos comités de huelga, garanticen el cumplimiento y el desarrollo de la movilización huelguística y su confluencia con los estatales, estudiantes y demás trabajadores. Dichos comités de enlace deben ser refrendados en asamblea general de modo de afianzar su autoridad frente al conjunto de los trabajadores de los distritos.


Esta metodología debe reproducirse a escala de toda la provincia: impulsemos la convocatoria a una asamblea general en el Luna Park o en una cancha de fútbol, donde se elija un Comité de Huelga de toda la provincia.