Sindicales

3/4/1997|533

La ‘consultora’ promoverá más despidos y más flexibilidad

El grupo Gatic SA es el principal productor y proveedor de calzado y ropa deportiva del país. Tuvo una violenta evolución hasta 1992, llegando a emplear a 16.000 trabajadores, en 20 plantas diseminadas en San Martín, Pilar, Tortuguitas, La Rioja, Córdoba y otras provincias. Mediante la explotación más cruda y el aprovechamiento de todo tipo de prebendas y subsidios, el alfonsinismo y el menemismo beneficiaron a Gatic en perjuicio de las finanzas públicas y la población.


Esa expansión llevó al grupo a endeudarse en más de 50 millones de pesos, y a dificultades de cumplimiento por la oleada importadora de zapatillas y la contracción del mercado interno. Fue zafando gracias a sus buenas relaciones con Cavallo.


Los trabajadores de la empresa han pagado largamente la crisis: el personal fue reducido a menos de la mitad y se han agravado las condiciones de explotación, en particular en las plantas periféricas con menor tradición de lucha. La patronal importa, pelotas de Uruguay y Paquistán, zapatillas de China, botas de cuero de Chile, etc.


Desde principio de año, encima, un nuevo flagelo: el atraso en el pago de los salarios. Cuando no se cumplió con la segunda quincena de enero, no se hizo esperar la respuesta obrera en Planta 1 (San Martín): estalló un paro general desde abajo, sin asamblea que lo declare ni convocatoria alguna de la comisión interna (sindicato del caucho). Parada la planta, los delegados llamaron a asamblea para “desautorizar” el paro e incitar a carnerearlo. Unánimemente, los compañeros defendieron vivamente la medida, derrotando la maniobra. El cese de actividades duró tres días, y sólo se levantó al momento del cobro. Un verdadero triunfo.


Dos semanas más tarde, 7 compañeros que hablaron en la asamblea son despedidos y se vuelve a los “vales” y a los atrasos en el pago.


A principios de marzo, la patronal informa la contratación de la consultora McKinsey para un proyecto de reestructuración de la empresa. ¿A qué viene McKinsey? Pocas dudas hay en la fábrica: despedir y flexibilizar. Esta consultora, entre otras ‘proezas’ antiobreras, fue la que realizó la ‘reconversión’ de YPF. El resultado: 70% de los trabajadores quedaron en la calle. Este es el significado de las “medidas para realizar ahorros de alto impacto a corto plazo” y “ajustarnos a las nuevas reglas de juego que imperan en la industria”, que la patronal invoca en su carta. Para mediados de abril, se conocerán las conclusiones de estos negreros profesionales.


Ni un despido, defensa del salario


Pese a la actitud del sindicato, y a los 6 echados (uno fue reincorporado), las reservas de la fábrica están intactas. Hay que preparar la resistencia a los despidos, así como a cualquier deterioro de las condiciones de trabajo. Es preciso organizar una asamblea general para votar las medidas de defensa. La lucha de Atlántida y del pueblo de Neuquén señalan, con claridad, el camino a seguir.