Sindicales
14/11/1996|519
La cooperativa ‘no está´. Los despidos, sí
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Después de anunciar con bombos y platillos la constitución de una cooperativa obrera para darle “continuidad productiva” a Aurora, los dirigentes de la UOM Avellaneda desaparecieron de los lugares que solían frecuentar. Antes, estaba ´todo cocinado´ para poner en marcha la “sociedad de autogestión”. Ahora, se trataría solamente… de una “propuesta de la UOM”. Todo esto no ha impedido que, durante la semana que pasó, los delegados solicitaran a los compañeros que traigan “todos los papeles para firmar la solicitud de seguro de desempleo del ANSES”, que pagaría a los trabajadores de Aurora el acumulado correspondiente a un año. Este sería -según la Comisión Interna— el “primer paso” de la solución ´cooperativa´. Hace algunas semanas, decían que ese dinero del ANSeS se utilizaría para ‘capitalizar’ a la cooperativa. Ahora; los delegados, han traído ‘mejores noticias’, cada compañero podrá quedarse con el dinero del seguro.
Ocurre que nunca hubo posibilidad de ‘capitalizar´ a la cooperativa, por la sencilla razón de que no hay cooperativa alguna.
Durante la semana pasada, Aurora ingresó en convocatoria de acreedores: una salida ‘cooperativa´ no depende ya de un acuerdo UOM-gobierno-patronal, pues según la ley de quiebras y concursos, no podría cerrarse ese acuerdo sin el aval de la junta de acreedores de Aurora. La ´cooperativa´ no pasa, por ahora, de una hipótesis en la cabeza de los dirigentes de la UOM. ¡Pero mientras tanto, y en nombre de esa ´hipótesis´, quieren forzar a que todos los compañeros de Aurora admitan su despido! (eso es lo que significa firmar el formulario del ANSES). No hay que extrañarse que, si esto se hace pasar, Belén y Guerrero manden a todos los compañeros a sus casas… a “esperar la formación de la cooperativa”.
Entre los activistas de la fábrica comienza a crecer la convicción de que no hay que firmar nada sin asamblea; ni firmar nada que no plantee una verdadera salida. La única salida viable a esta crisis es rechazar los despidos y exigir que el Estado se haga cargo de la empresa, confiscando a los ladrones que la vaciaron (el ‘grupo Aurora9). Con esos recursos, puede ponerse en marcha la fábrica bajo control de los trabajadores, asegurando la estabilidad laboral, el convenio y el salario.