Los trabajadores de Santa Cruz desarrollaron una movilización sin precedentes apenas se conoció el paquetazo de López Murphy. Enfrentaron, de este modo, al mismo tiempo, la tentativa de Kirchner de limitar la lucha al plano de la “resistencia”.

El sábado 17 tuvo lugar una asamblea docente en Río Turbio y casi 200 manifestantes en el gorosito de Caleta, convocados por Adosac y otros gremios, se juramentaban para ocupar la playa de tanques de la localidad.

El domingo, más de 100 maestros de la cuenca carbonera votaron el paro general. Ese mismo día, en una reunión intersindical en Ate, 50 activistas y dirigentes de casi todos los gremios de la localidad convocaron a una asamblea popular para el lunes 19. En Calafate, a instancias del intendente, se producía una asamblea comunitaria donde Adosac pasó a jugar un papel fundamental.

El lunes, la iniciativa oficial tuvo su pico culminante cuando el intendente de Río Gallegos movilizó a todos los empleados municipales a las puertas del Concejo Deliberante, y todo el aparato el PJ estuvo en la Cámara de Diputados y en la Casa de Gobierno con los intendentes de toda la provincia. Estas movilizaciones para apoyar las gestiones del gobernador en Buenos Aires no reunieron, en el mejor de los casos, a más de 500 personas.

En Río Turbio la asamblea popular reunió a más de 1.000 personas, mientras los estudiantes ocuparon la sede universitaria.

Esa tarde se realizó una importante asamblea docente en Gallegos, que organizó a grupos para garantizar el paro. También los estudiantes universitarios ratificaron la decisión de tomar efectivamente la universidad, el rectorado y todas las dependencias.

El martes comenzó el paro docente con una gigantesca colaboración de los padres, que no enviaban a los chicos a las escuelas; y de los secundarios, que se retiraron masivamente de los establecimientos y manifestaron toda la mañana en el centro de Gallegos.

El paro docente se extendió a las pequeñas localidades y en Puerto Santa Cruz o Calafate obtuvo el 100% de adhesión. En otras localidades se realizaban asambleas y paros, como en San Julián, Perito Moreno o Los Antiguos. En Caleta se estableció una vigilia. En Río Turbio y 28 de Noviembre se realizaron clases públicas en la calle.

El miércoles fue la culminación de todo el esfuerzo del activismo, logrando movilizar 800 compañeros de muchas organizaciones gremiales y estudiantiles a la convocatoria central de la CTA, donde Mónica Galván denunció por igual, frente a los trabajadores, la política de De la Rúa y Kirchner. El MTA, por su parte, que había firmado un documento conjunto con la CGT oficialista (ambos comparten el apoyo a Kirchner), realizó un corte de ruta aislado de la movilización general.

En Río Turbio se organizó una caravana a la vecina 28 de Noviembre, con más de 60 autos, varios micros facilitados por la cooperativa de transporte local y trafics cedidas por particulares. En 28 de Noviembre se produjo un emotivo encuentro entre los mineros y los municipales de Río Turbio. El paro en la cuenca era total, hasta el comercio adhirió. Más de 1.000 obreros y vecinos participaron de un acto en el cual se planteó la necesidad de coordinar la lucha a nivel de toda la Patagonia.

En Caleta se desarrolló la marcha más importante, 3.000 manifestantes cortaron la Ruta 3 durante dos horas. Un día antes, los desocupados del petróleo se habían instalado frente a las oficinas centrales de YPF-Repsol en Cañadón Seco.

En Las Heras, los compañeros quemaron una caseta de guardia de Repsol y finalmente, el día jueves, lograron un compromiso de prolongar el subsidio de 500 pesos más salario familiar por seis meses más.

En todas las acciones del martes y miércoles casi no se vieron funcionarios ni en Gallegos, ni en Turbio, ni en otras localidades.

El gobierno provincial ni siquiera prometió pagar presentismo por el día de paro, a pesar de “estar luchando por lo mismo”.

En Calafate se movilizaron 400 personas, en Deseado, 40; en San Julián, Perito Moreno, Los Antiguos y Puerto Santa Cruz también hubo marchas y actos con centro en Adosac.

Está planteada en forma inmediata la necesidad de un Congreso de Bases de la CTA y de establecer una coordinación para la lucha en todos los sectores de la educación.