Sindicales

26/5/2017|1459

La defensa del sindicato clasista que supimos construir

candidata a secretaria general de AGD


En la semana del 5 al 9 de junio se realizarán nuevas elecciones de mesa ejecutiva de la Asociación Gremial Docente y de 15 comisiones internas de facultades y colegios preuniversitarios de la UBA. La elección implica una gran movilización del gremio, con 137 urnas en distintos días y mesas que se abrirán en todas las sedes de la UBA -incluso la de Tilcara (Filosofía y Letras). La idea es promover la más amplia participación de afiliados y el fortalecimiento de un sindicato que se ha ganado un lugar entre la docencia de la UBA como único e indiscutible organizador de todos los procesos genuinos de lucha que se dieron por los derechos de los docentes. Desde la pelea para terminar con el trabajo gratuito (hay alrededor de 10.000 ad honorem en la UBA), pasando por la campaña de No al cese -respeto a la ley nacional jubilatoria de docentes universitarios-, hasta los reclamos de los becarios y la batalla por la aplicación del convenio colectivo de trabajo. Así AGD, que surgió desde la organización de base en algunas pocas facultades, ha ido creciendo en clara delimitación con las burocracias sindicales docentes y logró ampliarse año a año hasta los 4.700 afiliados de hoy, distribuidos en todas las unidades y colegios de la UBA.


 


Todas estas cuestiones son las que nos diferencian de los otros sindicatos docentes en UBA. Hoy queda más claro que nunca que Aduba es el sindicato del Rectorado, no importa quién ocupe el sillón de rector, actuando siempre como cuña de los intereses patronales entre la docencia. El otro sindicato, Feduba, se encuentra también atado a gestiones, en este caso kirchneristas, a partir de las cuales fue creado hace un par de años, siendo su base de afiliación política.


 


AGD formó parte de un pequeño grupo de comisiones internas, cuerpos de delegados y sindicatos que, allá por el año 2000, en tiempos del Argentinazo, dieron los primeros pasos en la recuperación de los sindicatos para los trabajadores como herramientas de frente único para luchar por sus derechos -y, por lo tanto, de un nuevo comienzo de sindicatos clasistas en la Argentina. Efectivamente, AGD-UBA surge en oposición a la burocracia sindical, independiente de los gobiernos patronales, sus ministerios y las gestiones universitarias. Debutamos en las calles el 19 y 20 de diciembre, junto a los protagonistas de la rebelión popular. Las características clasistas de la AGD estuvieron defendidas desde entonces por su dirección fundadora, la Naranja y todo un sector de luchadores independientes -entre ellos, la entrañable compañera Adriana Calvo-, a la que se fueron sumando otras agrupaciones en distintos períodos de su historia. Ya desde hace dos períodos la lista que dirige AGD está integrada con mayoría de la Naranja (CSC-PO) y por la corriente René Salamanca, que ocupa el cargo de adjunto y una secretaría.


 


¿Qué está en juego en estas próximas elecciones?


 


Nada menos que la independencia de AGD de los gobiernos universitarios. Que la gremial siga teniendo las manos libres para continuar organizando a los docentes en defensa del salario y del conjunto del programa de reivindicaciones votado en nuestras asambleas.


 


¿Por qué planteamos esto? Como viene sucediendo en las últimas elecciones, tanto para la dirección del sindicato como para algunas comisiones internas, nuevamente se presenta una lista opositora, antes llamada Docentes por el Cambio y que este año, tras su división, pasó a llamarse “Movimiento Docente 73” y responde sólo a Patria Grande.


En los últimos años, PG abandonó definitivamente sus postulados autonomistas y pretendidamente basistas para subordinarse a las direcciones kirchneristas y a la Iglesia, sin retorno al campo de la izquierda y de la defensa de organizaciones independientes. Este paso quedó sellado en 2015, en las últimas elecciones del claustro estudiantil para el Consejo Superior, donde La Mella (agrupación estudiantil de PG) rompe la alianza de izquierda para aliarse a La Cámpora. A partir de ese momento, toda la línea de su intervención en el movimiento estudiantil, y no sólo de la UBA, reafirmó este nuevo camino. Por supuesto que no sólo se expresó en estudiantes o en la visita de uno de sus principales dirigentes políticos, Itaí Hagman, al papa Francisco. En su intervención en docentes también han mostrado la unidad con corrientes kirchneristas y gestiones autodenominadas progresistas. En la huelga docente de 2016 actuaron frenando la lucha atrás de las posiciones de ese sector, co-responsable de la crisis educativa. Al igual que cuando intentaron impedir la gran marcha educativa del 12 de mayo -lo que se repitió este año- para que no marchara a Plaza de Mayo. También a lo largo de todo el conflicto de becarios e investigadores, actuaron subordinando la genuina pelea contra los despidos a los planteos de quienes todo lo condicionan a las urnas de 2019 y el “volveremos”.


 


En las elecciones pasadas de AGD, hace tres años, este derrotero ya estaba anunciado. Funcionarios de gestiones de Filo y Sociales enviaban afiliados de Feduba a votar por la lista que integraba PG. En estos años, la participación de PG y La Mella con Feduba se profundizó. Es decir que esta lista es hoy correa de trasmisión de la burocracia sindical rival, al interior de AGD.


 


Del 5 al 9 de junio: votá por más Unidad Docente


 


Desde la Naranja trabajamos para ampliar Unidad Docente -a la que ahora se integró la Brecha-El Cauce, quienes rompieron su alianza con Patria Grande. Estamos en las mejores condiciones para la batalla que se viene: reafirmar una AGD independiente y de lucha. Fundamental para enfrentar, no sólo el ajuste del gobierno nacional sobre la universidad y sus trabajadores, sino también la mayor mercantilización que se viene con la reforma del sistema educativo -aplaudida, al igual que pasa con los gobernadores y el ajuste, por los rectores de todos los signos políticos. Luchemos por una gran victoria, a la altura de la historia de AGD.