Sindicales

9/11/2000|687

La desocupación y las decisiones extremas

Los trabajadores son empujados día a día a de­cisiones que causan indignación porque son provocadas por los gobernantes. Dos compañeros inten­taron prenderse fuego porque la distribuí dora de energía de Salta, Edesa S.A., a través de su con­tratista despide a ocho compañeros. Luego de un mes de lucha, con huelga de hambre incluida, no se pudo lograr una instancia de diálogo. Esto llevó a que los compañeros tomen una decisión extrema, que trascendió por todos los medios nacionales.


La bronca del pueblo contra la empresa fue de tal magnitud, que en la denuncia penal que reali­zan contra los compañeros los defensores de la patronal lo manifiestan con preocupación; sin embargo, intentan una acción civil, aduciendo daños y otros delitos tipificados en el famoso Art. 194, del cual el Dr. Juan Carlos Capurro hace un pro­fundo análisis en nuestra revista teórica. El juez no quiere ordenar el desalojo porque cuando concurrió la policía a despejar los accesos v presiona para que desalojemos d lugar, de inmediato con­currieron los piqueteros de Mosconi y Tartagal a proteger a los despedidos. El interventor de Ede­sa le pidió al comisario a cargo del operativo que no le toque un solo muchacho porque esto iba a ar­der. Está claro que su posición obedece al pleno conocimiento de que el pueblo no va a permitir ninguna represión contra los trabajadores. Los compañeros van a viajar a la reunión conciliatoria pero convencidos de no ceder en los reclamos. Un piquetero mencionó: “… ahora las empresas van a pensarla dos veces para echar a los trabajado­res…”


Esta lucha marca que no sólo los efectivos pue­den hacer valer sus derechos: también los contra­tados, e incluso pueden hacerlo bajo las modalida­des de la reforma laboral de la coima.