Sindicales

24/11/2011|1204

La gran huelga de la salud

Delegada del hospital Plottier, diputada electa por el PO en la bancada del FIT

A pocos días de asumir un nuevo mandato, Sapag intempestivamente ha presentado un proyecto de ley que -bajo el pretexto de mejorar el salario de los profesionales ante las renuncias que desmantelaban servicios enteros- liquida la jornada laboral, al revisar el concepto de dedicación exclusiva y transformarlo en disponibilidad permanente.

El sector profesional es el blanco principal. A cambio de un aumento que alcanza el 41% (mientras que para enfermería, gestión de pacientes, mantenimiento y otros es del 1,3 y 1,5%), barre con el régimen laboral.

El plan del gobierno se completa con un aumento al sector de conducción (jefes y directores), que va del 120 al 1.000%.

Bloqueo de la Legislatura

Los sectores mayoritarios de trabajadores de salud, nucleados en ATE, hemos salido a responder este ataque.

La primera medida ha sido el bloqueo del nuevo edificio de la Legislatura neuquina. Con una permanencia durante 48 horas, se impidió la sesión de las comisiones primero, así como de la sesión que aprobaría la reforma.

Exigimos que se reabran las paritarias para discutir las condiciones de trabajo y aumento salarial para todo el sector hospitalario.

La reforma del gobierno provincial encontró en el nuevo Sindicato de Profesionales un sector donde hacer pie, ya que ha sido participe de este proyecto y las medidas que llevan se contraponen con el resto de los trabajadores, lo que genera un quiebre hacia el interior de los equipos de trabajo.

También apoyan la reforma reaccionaria un arco político de acuerdos, en los que no sólo se encuentran el MPN, Kogan del PJ kirchnerista, los duhaldistas como Baum, sino los legisladores que se han dicho de la oposición, como el caso de los binneristas Libres del Sur y del UNE-CTA-PS.

Una huelga histórica

El sistema de salud neuquino se encuentra colapsado por el desfinanciamiento sistemático de los últimos veinte años, que ha destruido lo que otrora fuera un sistema de salud pública avanzado.

El colapso, agravado por este proyecto, es parte de los acuerdos del gobierno del MPN con los grandes capitalistas privados como con la medicina privada: Moguillansky, Policlínico Neuquén o la Pasteur. El desmantelamiento del sistema público elimina la competencia con los sectores privados.

Los trabajadores de la salud nos encontramos en huelga, que resulta histórica por sus características políticas, desde hace diez días. La semana pasada, hemos confluido en un paro de 24 horas con el resto de los sectores de ATE. Los estatales de esta provincia necesitamos confluir con fuerza en una medida conjunta, por lo que le reclamamos a la CTA un paro provincial.

La bancada del FIT

El Frente de Izquierda ha sido la única fuerza que se ha pronunciado a favor del reclamo de los trabajadores de rechazar esta reforma. Hemos salido al cruce de los ataques del sector sabbatellista de ATE salud que dirige la lucha, que omite el apoyo del FIT porque las fuerzas políticas de su propio entorno (MUN-UNE-PS) le han dado la espalda al legítimo reclamo.

Necesitamos intervenir enérgicamente en esta semana decisiva en la lucha por impedir que el proyecto de ley se vote.

Hemos acordado un primer Plenario del Frente de Izquierda para el 26 de noviembre, en la Universidad en camino hacia la asunción de la bancada en diciembre.

Es una iniciativa que habilita un espacio de debate con la población para darle una dirección, una salida a la crisis de la salud pública.

Una salida obrera y socialista

Ni siquiera el aumento del 40% al sector profesional podrá retener a los médicos ni logrará que nuevos profesionales migren hacia nuestra provincia para completar los planteles en los hospitales. El salario que se necesita para vivir en Neuquén es de más de 8.000 pesos por la carestía de vida. A ello, se suma el aumento de los servicios por los tarifazos.

La necesidad de descargar la crisis sobre los trabajadores queda reflejada en que esta reforma se asienta en introducir el trabajo a destajo.

La crisis de la salud tiene una salida: la triplicación del presupuesto para reconstruir el sistema hospitalario. El salario que cubra la canasta familiar por ocho horas de trabajo por día o 40 horas semanales. El cese de las tercerizaciones y de las contrataciones de servicios al sector privado -pagados a precios exorbitantes- y el cese de los negocios con los laboratorios proveedores.