Sindicales

19/6/2013|1273

La gran lucha de Kromberg sacude al parque industrial de Pilar

El parque industrial de Pilar es un conglomerado de grandes plantas al que asisten, cada día, unos vente mil trabajadores y otros tantos proveedores y clientes. Una verdadera ciudad obrera que, el miércoles pasado, se detuvo casi por completo por un extraordinario piquete que bloqueó todos sus accesos durante quince horas.


Desde muy temprano, compactos grupos de trabajadores de Kromberg, acompañados por contingentes solidarios de fábricas de la zona, frenaban camiones, micros y colectivos "decretando" de hecho un paro, que afectó -en mayor o menor medida- a las doscientas empresas del parque.


Las mujeres al frente


Kromberg & Schubert produce mazos de cables para las grandes autopartistas del país; tiene un plantel de más de 600 operarios -en su mayoría mujeres- nucleados en el convenio plástico y sometidos a todo tipo de atropellos: bajos salarios, categorías inferiores, esfuerzos excesivos y la prohibición de organizarse. El sindicato plástico impone su papel de interlocutor forzoso de los trabajadores, apelando a una asociación indisimulada con la patronal.


El conflicto empezó con un movimiento (exitoso) por el pago de un plus salarial y continuó con una huelga de tres días por la reincorporación de dos activistas que se afiliaron a la CTA. A esto, se sumó el reclamo por el centenar de trabajadores despedidos en lo que va del año, la efectivización de contratados y tercerizados, y la elección de delegados de base. Se votó una comisión provisoria de seis compañeros, quienes actúan como voceros de la asamblea.


Actuando como pieza de un mismo mecanismo antiobrero, el Ministerio de Trabajo ignoró la petición e impuso una conciliación obligatoria sin reincorporación, mientras la patronal producía nuevos despidos. Contra esto, se resolvió el bloqueo.


Un cambio en el ánimo del movimiento obrero


Un dato relevante de la jornada fue el apoyo que esta acción despertó en la mayoría de los trabajadores del parque: "hoy le estamos dando franco a todos", dijo una activista. Una expresión palpable de esa solidaridad fue la participación activa en los piquetes de numerosos trabajadores que, imposibilitados de llegar a sus lugares de trabajo, resolvieron sumarse al corte. La simpatía que despertó la lucha de Kromberg se explica porque las demandas que plantearon son comunes a todos.


La contundencia de la reacción y la firmeza que mostraron los trabajadores, en especial las mujeres, hicieron naufragar todas las tentativas para que se levantara el piquete. El ministerio debió volver sobre sus pasos y ordenar una nueva conciliación, esta vez, con todos adentro. Un rumor no confirmado hasta el cierre de este artículo sostiene que el piquete se "llevó puesta", además, a la doctora Patiño, titular de la delegación regional y connotada aliada de las patronales locales; sería un acto de estricta justicia.


Aunque provisorio, se trata de un enorme triunfo que fortalece la posición de los trabajadores de Kromberg y de todo el parque. Para citar un ejemplo, la participación de unos 60 compañeros de Impresores tuvo un fuerte impacto dentro de su propia planta; al punto que la amenaza de la patronal de descontar el presentismo, como en otras ocasiones, provocó un enérgico rechazo y la obligó a retractarse.


Los días que vienen serán decisivos para consolidar este gran paso y avanzar con el resto de los reclamos, empezando por la formalización de la elección de delegados.