Sindicales

4/8/2008|890

La huelga docente está fuerte


Con un acatamiento de casi el 100%, la huelga docente cumplió sus primeras 72 horas.


 


La marcha en la Capital, junto al resto de los departamentos de nuestra provincia, fue multitudinaria. El reclamo se sintetizó en el grito que recorrió toda la manifestación: “Obeid, Obeid, no te hagas el otario, acá estamos pidiendo aumento de salario”.


 


El discurso de Tessa, secretario gremial de Ctera, hizo hincapié en la fortaleza de la lucha santafesina, que recoge la mejor tradición del gremio; sin embargo, escondió la ausencia de la Ctera. La plaza se encargó de recordar una y otra vez que aquí hay ocho provincias con conflictos y que la Ctera está ausente; el grito fue: “Paro, paro, paro… paro nacional”.


 


Los compañeros de Rosario regresamos a nuestro Departamento con la certeza de que el paro hay que garantizarlo desde la base. La dirección provincial no ha salido a contrarrestar la ofensiva desde los medios para quebrar la huelga.


 


En Rosario, organizamos 12 asambleas zonales de las que participaron casi 2.000 compañeros.


 


De estas asambleas surgió un reclamo unánime para que se explique lo que estamos reclamando. La campaña de esclarecimiento va a traer una delimitación con la política de la directiva celeste, que en realidad está esperando que el gobierno pase los 100 pesos otorgados por decreto como suma fija al básico. El reclamo más sentido es el de 250 pesos de aumento al básico; el básico es hoy de 210 pesos, sobre un salario de bolsillo de 650 pesos.


 


Todos los compañeros, aun los que recién se inician, han aprendido que la defensa del básico equivale a la defensa de la obra social y de la jubilación.


 


Otro tema muy sentido, son nuestras condiciones de trabajo. Más que nunca, los docentes sabemos qué significa que las puertas y los vidrios estén rotos y que no haya seguridad en las escuelas.


 


El desafío es ahora la construcción de un espacio capaz de sostener esta lucha.


 


La dirección de la lucha tiene que quedar en nuestras manos.